Page 26 - ALEJANDRA
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algunos saludando a la viuda, otros solo dando un
sentido pésame, otras, solo murmurando sin hablar.
Alejandra yacía sumida en la más profunda de las
tristezas, pero en su cabeza, sabía que lo peor se
avecinaba y que muy pronto ella iba a tener que
enfrentar las consecuencias.
Cuando llego a la casa, sola, después del funeral, no era
capaz de entrar e irse a la habitación matrimonial, todo
era demasiado distinto, hasta el punto de ser aterrador.
Las sirvientas no se encontraban ese día del funeral pues
ella les había dejado la jornada libre, así de esa manera,
ella podría llorar su inmensa pena sola, sin que nadie la
auxiliara con falsas muestras de caridad.
El invierno en esa casa ya sin su marido fue fatal, y
aunque muy debes en cuando ella salía de su habitación,
sabía que, en el fondo, el poco dinero que le quedaba,
no le alcanzaría para seguir llevando aquella vida que
antes tenía. Así Alejandra comenzó a conocer la
desolación, en la más pura expresión de la palabra.
Paso más tiempo y Volvían las buenas estaciones, el
buen clima y las corrientes frescas de primavera, que
son adornadas en los aires con el polen que viaja entre
los árboles, dando así el paso a la danza de la vida que
es donde nace todo. La gente en la ciudad luce más
alegre, pero en verdad en casa de Alejandra lo que
menos podía existir, aunque ella lo quisiera, era aquella
tan dichosa felicidad.