Page 87 - ALEJANDRA
P. 87

dinero.  Obviamente  como  él  es  un  político  y  economista
               ambicioso,  no  dudara  en  darte  algunos  concejos  que  tú
               por  supuesto  aceptaras  encantada  y  cuando  muerda  el
               anzuelo,  por  culpa  de  tu  herencia,  es  cuando  debes
                       a
               empezar  averiguar  con  mucha  prudencia,  la  manera  de
               saber  dónde  llevaron  a  esteban,  además  de  que
               averigies  más  sobre  la  sociedad  secreta  del  partido,
               ¿Entendido?  y  a  ratos,  cuando  necesites  un  sirviente  o
               algo  así,  yo  me  hare  pasar  por  tu  sirviente  de  confianza”

               Para  ella  no  era  fácil  lo  que  Cancino  le  pedía,  en  realidad
               no  se  sentía  preparada  para  ejercer  una  tarea  tan  tenaz,
               como  esa,  pero  si  no  quedaba  otro  remedio,  tendría  que
               intentarlo  o  desmoronar  todo  lo  planeado.

               La  noche  de  aquel  baile  al  fin  llego  y  en  la  habitación  de
               hotel,  el  nerviosismo  de  Alejandra  era  más  que  evidente,
               se  paseaba  por  la  sala  de  la  habitación  más  que  nerviosa
               y  se  miraba  en  el  espejo  repetidas  veces,  de  lado  a  lado,
               de  costado  a  costado.  Nada  la  conformaba,  siempre
               había  un  detalle  más  que  la  ponía  insegura,  pero  sabía
               muy  bien  que  estaba  todo  bien  puesto  en  Su  sitio,  pues
               solo  era  el  nerviosismo  de  tener  que  encontrarse  con  el
               hombre  que  mató  a  su  esposo  frente  a  frente,  lo  que  la
               tenía  más  ansiosa.  No  sabía  cómo  reaccionaría,  ni  menos
               como  se  contendría  en  el  momento  del  encuentro,  pero
               nada  más  debería  hacerlo,  pues  era  muy  importante
               fingirlo  todo  para  no  levantar  sospechas.

               Cancino  quien  había  arrendado  un  carruaje  para  ira
               dejarla  a  la  fiesta,  se  había  vestido  de  cochero  y
               disfrazado  un  poco  la  cara  por  si  es  que  alguien  al
   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92