Page 13 - RECINTO FUNERARIO DE ASISTENCIA SOCIAL ARZA

pueden traer como consecuencia la
mayoría sigue una connotación religiosa
generación de problemas de salud
pública por las diferentes bacterias
que son alojadas por motivo de la
contaminación que los cuerpos llegan
a generar por su propio proceso de
descomposición. Dicha acumulación
genera la infiltración de sustancias
lixiviadas, las cuales son aquellas que
circulan entre los residuos del ser
humano, suelen oler bastante mal y
tiene un color amarillento o negro.
Aunado a esto, la mayoría de los ataúdes
generan contaminación debido a que
no son elementos biodegradables y
estos terminan generando una emisión
de barnices, disolventes, plomo, zinc,
etc., perjudicando significativamente
al medio ambiente y, principalmente,
al subsuelo y sus procesos naturales
(Aurora Velasco; Minota Yudi, 2012).
Como último punto, es sabido que la
arquitectura funeraria ha acompañado
de distintas formas a todas las culturas
en la historia, cada una de estas
ha definido una manera distinta de
concebir la muerte, sin embargo, la
y actúa en base a estas creencias
que son propias de cada cultura,
generando así, diferentes ceremonias
o rituales que en conjunto con el
monumento arquitectónico producen
un simbolismo puro. A día de hoy, la
mayoría de los cementerios, capillas
y recintos funerarios en general, se
encuentran estrechamente ligados
con el catolicismo, ya que es la religión
predominante dentro de la República
Mexicana. Según la estadística de la
diversidad en Jalisco para el año 2020,
el 89.2% de la población es católica,
mientras que el 4.7% es protestante o
cristiano y, por último, el 4.6% no cuenta
con ninguna religión. Esto ha generado
que cierto sector de la población que no
comparte ideologías con esta filosofía
religiosa se sienta forzado a tener
que adaptar sus propias creencias si
es que desea hacer uso de alguno de
los servicios que son ofrecidos y que, CAPÍTULO I
de igual manera, se basan en aquellas
creencias de la comunidad católica o
cristiana (INEGI, 2020).
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