Page 51 - LIBRO BUENO
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Tú serás
–Imposible, no dejan pasar ni acercarse a la zona. Podemos avisar a la
gendarmerie diciendo que es posible que quede alguien dentro –apuntó Pierre.
–No, no –habló Simón– si alertamos de que está allí pueden tomarlo por un
terrorista o un ladrón de arte y lo encarcelarán. Será mejor esperar a que sea de
día y abran el museo.
–Tienes razón Simón –asintió Pierre– la policía francesa busca culpables y
no dudarán en encontrar algo contra Maurcio, culparán a un inocente.
–No voy a soportar esperar toda la noche sin hacer nada –sollocé.
–Es lo único que podemos hacer, esperar y rezar para que mañana el Louvre
abra sus puertas. Os veo en la entrada a primera hora, iré con vosotros –dijo
Pierre.
Tuvimos la televisión encendida toda la madrugada por si había alguna
novedad pero repetían lo mismo una y otra vez. Simón prefería trabajar para
mantener la mente ocupada, yo deambulaba de un lado a otro sin dejar de
pensar en Mauricio.
Nunca una noche fue tan larga, nunca había estado tan asustada, Mauricio
era el amor de mi vida y estaba aquí por mi culpa si le sucedía algo nunca me
lo perdonaría.
Agotados por no haber descansado durante toda la noche nos dirigimos por
la mañana al Louvre. Había policías por todas partes, se había extremado la
seguridad pero el museo iba a abrir sus puertas, París intentaba volver a la
normalidad. Nos esperaba Pierre y los tres accedimos al interior.
–Es inmenso –recordó Simón– ¿por dónde empezamos?
–No sé dónde habrá estado escondido pero seguro que vuelve por la sala de
Leonardo antes de salir. Si está aquí sabrá que hemos venido –dije– muchas
veces pensamos los dos lo mismo.
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