Page 64 - LIBRO BUENO

Magali García Oliva

Con la dirección de Doña Julia en Italia volví a casa. Habíamos estado tan
cerca…la dirección era de Siena, debíamos buscar los castillos que estaban
próximos a la ciudad.

Llegué a casa, Mauricio me había dejado una nota, no vendría a comer.
Lo llamé para contarle todas las novedades de la mañana, mis sufrimientos
y mis logros; estaba perdiendo facultades, en otra ocasión habría sacado la
información sin tener que dar ni un dato verdadero ¿qué me pasaba en este
caso? Mauricio decía que se había convertido en algo personal, demasiado
personal. Tras hablar con él llamé a Simón, me ayudaría a dar con el castillo.

Simón no estaba en casa, tenía un trabajo que le mantendría fuera todo el
día pero en cuanto pudiese se pondría a la búsqueda.

Hacía mucho tiempo que no estaba sola en casa, ni siquiera últimamente
pensaba en mí, ni en mi familia. Nos llamábamos de forma rutinaria pero
no nos veíamos, la distancia era un impedimento desde que mis padres se
mudaron a la costa malagueña una vez jubilados. Eran contadas las veces que
podíamos coincidir, quizás era el momento de llamarlos y contarles que estaba
pasando en mi vida, aunque sin alarmarles. No, no era buena idea, sabrían
que sucedía algo y se asustarían, mejor cuando los problemas se hubiesen
disipado.

Sonó el teléfono de casa ¿quién sería?

–Laura por favor no cuelgues, tenemos que hablar –era mi antiguo jefe.

–Creo que ya le dejé claro después de la encerrona que no teníamos nada
más que decirnos –contesté.

oportunidad.

–Lo pensaré pero si voy no iré sola –colgué sin dejarle réplica.

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