Page 82 - LIBRO BUENO
P. 82

Magali García Oliva


               –Demasiadas cosas papá, pero soy yo la que tengo las preguntas ¿por qué
             toda mi vida he pensado que no tenías familia?

               Mi padre se echó a llorar, nunca lo había oído ni visto llorar. Siempre me
             había parecido fuerte, de piedra, incapaz de que nada le afectara.

               –Si llega a pasarte algo… –consiguió decir.

               –Laura –cogió el teléfono mi madre– la historia es muy larga y muy dura
             para tu padre, no podemos hablar por móvil, hemos comprado billetes para
             esta misma tarde, estamos en el aeropuerto, esta noche nos vemos en Siena.

               –En este momento voy camino de una reunión con ella –les anuncié.


               –¿No puedes esperar a nuestra llegada? –dijo mi madre.

               –No, he esperado demasiado este momento, no puedo retrasarlo, nos vemos
             esta noche –colgué.

               Mauricio  había  escuchado  toda  la  conversación  ya  que  puse  el  manos
             libres. Quedaba poco para llegar al castillo, no me encontraba muy bien pero
             intenté reunir fuerzas para el encuentro ¿cómo sería, se parecería a papá?¿me
             parecería a ella?¿sería como la dama del cuadro pero envejecida?

               Nada mas asomar el coche por la entrada la verja se abrió, no cabía duda
             de que nos esperaban. Me hubiera gustado conocer la historia de mi padre y
             luego la versión de Perfecto, quizás debería llamarla tía Mercedes pensé con
             sarcasmo, pero no había sido posible. Aunque tenía una baza, ella no sabía que
             había descubierto quien era en realidad. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.


               Bajamos del coche, un mayordomo nos aguardaba en la puerta. El castillo
             era impresionante, parecía de cuento.


               Nos acompañó hasta una salita donde había una mesa con pastitas, galletas,
             té, café… Tomamos asiento y nos pidió cortésmente que esperásemos.



                                              82
   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87