Page 163 - CATEQUISTA-INICIACION
P. 163

eclesiología de comunión. Entre ellos: la concentración de la responsabilidad de la
          misión en el ministerio de los Pastores; el insuficiente aprecio de la vida consagra-
          da y de los dones carismáticos; la escasa valoración del aporte específico cualifica-
          do, en su ámbito de competencia, de los fieles laicos, y entre ellos, de las mujeres.
          4.2. La espiritualidad de la comunión y la formación para la vida sinodal
          107. El ethos de la Iglesia Pueblo de Dios convocado por el Padre y guiado por el
          Espíritu Santo para formar en Cristo «un sacramento, o sea signo e instrumento
          de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (LG 1) sale
          de sí mismo y se alimenta de la conversión personal a la espiritualidad de comu-
          nión (S. J.Pablo II. Novo Millennio ineunte). Todos los miembros de la Iglesia están
          llamados a acogerla como don y compromiso del Espíritu que se ejercita en la do-
          cilidad a sus impulsos, para educarse a vivir en la comunión la gracia recibida en el
          Bautismo y llevada a cumplimiento por la Eucaristía: el tránsito pascual del “yo”
          entendido  de  manera  individualista  al  “nosotros”  eclesial,  en  el  que  cada  “yo”,
          estando revestido de Cristo (cfr. Gál 2,20), vive y camina con los hermanos y las
          hermanas como sujeto responsable y activo en la única misión del Pueblo de Dios.
          De aquí brota la exigencia de que la Iglesia llegue a ser «la casa y la escuela de la
          comunión».  Sin  conversión  del  corazón  y  de  la  mente,  y  sin  un  adiestramiento
          ascético en la acogida y la escucha recíproca, de muy poco servirían los mecanis-
          mos exteriores de comunión, que podrían hasta transformarse en simples másca-
          ras sin corazón ni rostro. «Así como la prudencia jurídica, poniendo reglas precisas
          para la participación, manifiesta la estructura jerárquica de la Iglesia y evita tenta-
          ciones de arbitrariedad y pretensiones injustificadas, la espiritualidad de la comu-
          nión  da  un  alma  a  la  estructura  institucional,  con  una  llamada  a  la  confianza  y
          apertura que responde plenamente a la dignidad y responsabilidad de cada miem-
          bro del Pueblo de Dios».



           NOTA: Seguirá próximamente el RITO DE ELECCIÓN
           Los catecúmenos que se sientan dispuestos y preparados deberán soli-
           citar por medio de una carta dirigida al Párroco, que desean recibir los
           Sacramentos de Iniciación
           Es  preciso  hacer  las  coordinaciones  necesarias  con  el  Párroco,  para
           que el rito se realice en la Eucaristía dominical. Además se debe prever
           la inscripción de los nombres.
           Sobre todo, prepara a los Catecúmenos: la importancia de solicitar li-
           bremente,  de  ser  aceptados  y  prepararse  conscientemente  a  recibir
           los sacramentos.

                                         162
   158   159   160   161   162   163   164   165   166   167   168