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El otro grupo deberá adivinar de qué tipo de personas o trabajos se trata.
Al final van sacando conclusiones: cada grupo se reconoce por un estilo de
tratar. ¿Cuál era el estilo de Jesús?
B. Modalidad virtual: jugar igualmente a ‘las charadas’:
Les explicas el juego: tú dirás un tipo de personas (militares, ama de casa,
una enamorada, etc.) y ellos, sin palabras, sólo con gestos, deberán expresar
cómo saludan, qué gestos hacen.
Que todos puedan verse en la pantalla, para que se miren y rían un poco.
Al final sacan las conclusiones. ¿Cuál era el estilo de Jesús?
2.5 PALABRA QUE NOS ILUMINA - PLEGARIA
Proponemos el pasaje de la “resurrección del joven de Naín” (Lc 7,11-17).
Estúdialo con detenimiento, pues deberás guiar en ello a los jóvenes;
deben aprender a ‘escrutar’: descubrir los personajes del evangelio, qué
acciones realizan, qué dicen, qué sentimientos expresan, etc.
La Plegaria está propuesta como Lectio Divina, a partir del evangelio.
3. PROFUNDIZAMOS El tema es propuesto en dos subtítulos:
A. Los signos liberadores: que descubran el estilo “nuevo” de Jesús, rom-
piendo esquemas de la mentalidad tradicionalista de su tiempo. Su
libertad ante el ‘qué dirán’.
B. Los “milagros”: son más conocidos. No te quedes sólo en lo maravillo-
so, sino en la bondad que lo mueve a expresar la misericordia de Dios
para los que sufren.
6. PROYECCIÓN
Invitas a descubrir los ‘poderes’ (cualidades) de cada uno: capacidad de
notar las necesidades y ponerse a servicio.
Anexo 8
Profeta del Reino de Dios.
Nadie lo pone en duda. Jesús entusiasmó a los campesinos de Galilea. El Reino de
Dios, tal como él lo presentaba, tenía que ser algo muy sencillo, al alcance de
aquellos gentes. Algo muy concreto y bueno que entendían hasta los más igno-
rantes: lo primero para Jesús es la vida de la gente, no la religión. Al oírle hablar y
sobre todo al verle curar a los enfermos, liberar de su mal a los endemoniados y
defender a los más despreciados, tienen la impresión de que Dios se interesa
realmente por su vida y no tanto por cuestiones religiosas. El Reino de Dios res-
ponde a sus aspiraciones más hondas.
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