Page 154 - Libro Catecumeno
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Veamos algunas ‘figuras’ o ‘símbolos’ que la Biblia usa para hablar
                  del Espíritu Santo:

                  3.1 El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento

                    En el Antiguo Testamento Dios se revela como una potencia
                  benéfica que da existencia al universo. El Espíritu aparece desde el
                  principio en la acción creadora:


                       “Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada;
                     las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la
                     superficie de las aguas” (Gen 1, 1-2).

                      El “soplo-aliento”
                       El “soplo-aliento”
                    El viento con su fuerza irresistible, o como suave brisa
                  que refresca, fue asumido como símbolo del Espíritu
                  de Dios. Sobre todo, el aliento de vida, el soplo de la
                  respiración, señal de que una persona está viva, nos
                  remite a Dios, que en los inicios “infundió en el ser humano
                  el aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo”
                  (Gen 2,7).
                       El agua
                      El agua
                    El agua natural es fuente y alimento de la vida; por ello
                  es relacionada  con  el Espíritu,  que  comunica la  nueva
                  Vida de Dios.

                      La unción
                       La unción
                    En la Antigua Alianza hubo “ungidos del Señor”: los reyes
                  y sacerdotes. Como el aceite con especies aromáticas
                  entra benéficamente, dando sensación de bienestar y
                  frescura, la unción es símbolo de la acción del Espíritu que
                  penetra y obra en los fieles.
                                                        ofetas
                       El Espíritu Santo habló por los pr
                      El Espíritu Santo habló por los profetas
                    Dios escogió hombres y mujeres dispuestos a ser ‘boca
                  de Dios’: anunciar sus mensajes, consolar, amonestar.
                  Alzaron su voz recordando la fidelidad a la Alianza y
                  prepararon al pueblo para la llegada del Mesías. Fue el
                  Espíritu de Dios el que habló por boca de Isaías, Jeremías,
                  Oseas y los demás profetas.




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