Page 13 - revista salud y vida diciembre 2025
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                    Y VIDA





                                                                                                          severa.
                                                                                                             La resistencia a la insulina, la diabetes
                                                                                                          tipo 2, la dislipidemia (niveles elevados de
                                                                                                          triglicéridos y bajo HDL), la hipertensión y
                                                                                                          ciertos polimorfismos genéticos (como
                                                                                                          PNPLA3 y TM6SF2) también contribuyen al
                                                                                                          desarrollo y progresión de la enfermedad.
                                                                                                             El hígado graso infantil puede
                                                                                                             El hígado graso infantil puede evolucionar
                                                                                                          a esteatohepatitis, fibrosis y cirrosis, aumen-
                                                                                                          tando el riesgo de insuficiencia hepática y
                                                                                                          enfermedades cardiovasculares en la adul-
                                                                                                          tez
                                                                                                             El sedentarismo y una dieta rica en azú-
                                                                                                          cares, especialmente fructosa y otros azúca-
                                                                                                          res añadidos, agravan el riesgo. El estudio
                                                                                                          de BMC Nutrition analizó la relación entre el
                                                                                                          consumo de fructosa, la ingesta de diferen-
                                                                                                          tes tipos de fibra y la actividad física en niños
                                                                                                          con sobrepeso.
                                                                                                             Si bien no halló una asociación significa-
                                                                                                          tiva entre la fructosa y el NAFLD en su co-
                                                                                                          horte, sí identificó que el consumo elevado
                                                                                                          de fibra proveniente de legumbres y frutos
           Por / Constanza Almirón                          En Irán, una investigación publicada en       secos se asocia con un menor riesgo de de-
                          l hígado graso no alcohó-      BMC Nutrition sobre 325 niños y adolescen-       sarrollar la enfermedad.
                          lico (NAFLD, por sus siglas  tes con sobrepeso u obesidad encontró que             Síntomas del hígado graso en niños y
                          en inglés) se convirtió en la  el 35% presentaba NAFLD, lo que confirma         adolescentes
                          enfermedad hepática cró-       que la enfermedad afecta a una proporción           los síntomas aceptados por North Ameri-
                          nica más común entre  significativa de menores en contextos urba-               can Society for Pediatric Gastroenterology,
                          niños y adolescentes, im-      nos y con estilos de vida sedentarios.           Hepatology and Nutrition son:
        Epulsada principalmente por                         Factores de riesgo y mecanismos fisiopa-         No suele dar síntomas (la mayoría es
        el aumento de la obesidad infantil, el seden-    tológicos                                        asintomática).
        tarismo y los cambios en los hábitos alimen-        El desarrollo del hígado graso en la infan-      Cuando aparecen, son inespecíficos:
        tarios.                                          cia y adolescencia responde a una combina-          Fatiga,
           Diversos estudios recientes, publicados  ción de factores metabólicos, genéticos y                Dolor abdominal en la zona superior de-
        en BMC Nutrition, Children (MDPI) y JAMA,  ambientales. Children (MDPI) detalla que la            recha,
        advierten sobre la tendencia creciente de  obesidad, especialmente la acumulación de                 Sensación de llenura,
        esta patología y subrayan la importancia de  grasa visceral, es el principal factor de               Malestar general.
        la prevención desde la adolescencia para  riesgo, con una prevalencia de NAFLD que                   En casos avanzados:
        evitar complicaciones graves en la vida  puede superar el 90% en casos de obesidad
        adulta.
           Panorama epidemiológico y tendencia
        creciente
           La prevalencia de NAFLD en la población
        pediátrica experimentó un crecimiento sos-
        tenido en las últimas décadas. Según datos
        recogidos por Children (MDPI), en Estados
        Unidos la tasa de hospitalizaciones por hí-
        gado graso en menores de 18 años se tri-
        plicó entre 1998 y 2020, pasando de 47,4 a
        161,3 hospitalizaciones por cada 10 millones
        de habitantes.
           Aunque la mortalidad asociada disminuyó
        en ese periodo (del 3,1% al 0,2%), el número
        absoluto de casos sigue en aumento, refle-
        jando el impacto de la epidemia de obesidad
        infantil. El estudio también revela disparida-
        des étnicas: los niños hispanos presentan
        las tasas más altas de hospitalización, mien-
        tras que los niños afroamericanos, pese a
        tener menor incidencia, muestran la mayor
        mortalidad (2,1%)
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