Page 38 - Gabi_11
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Duermes una tarde de domingo a mi lado izquierdo y
decido empezar esta carta, como en los viejos
tiempos, mientras cuido tus sueños de respiración
fuerte y un poquito de tristeza. Me gusta pensar que
cada vez que te escribo, o que pienso lo que voy a
escribirte, duermes, te entregas al sueño confiado, y
descansas porque ya llegamos hasta aquí. A veces
parece que he escrito esto a penas hace unas horas, a
veces parece que fue en una tarde de Julio ¿la verdad?
llevo escribiendo esta carta diez meses y he amado
escribirte todos los días del año, sin falta. Llevo trece
lunas llenas escribiendo para ti con los mismos
nervios que el primer día, con las mismas ganas de
que me digas que sí aceptas. Con el mismo dulce y
buen presentimiento, la bonita sensación de que todo
va a estar bien.
He aprendido tanto de ti, de esto, de nosotras que en
vez de sentarme a escribir quisiera abrazarte, en un
silencio tan conectado que me permita agradecerte
todo, pero sé que esta tarde necesitas espacio, que
necesitas vivir lo que sientes, esa nostalgia de querer
estar en casa y de sentirte extraña en esta ciudad que
nos ha atrapado en medio de una pandemia. Ufff, solo
recorrer esas palabras pesa. Volvamos a nuestro
descanso.