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III.- VEO, ESCUCHO, SIENTO, DEGUSTO Y HUELO, LUEGO CREO EN DIOS

        Nuestros sentidos juegan un papel muy importante en la madurez de nuestra fe. La experiencia de Dios no se
        desarrolla  solamente  leyendo  un  libro  sobre  Dios,  sino  que  crece  cuando  su  presencia  se  hace  visible  en
        nuestra vida. El discípulo está llamado a estar en relación con Dios por medio de los diversos acontecimientos
        de su vida. Debe aprender a descubrir la huella de su presencia todos los días.


                         IV.- LOS SENTIDOS INTERNOS Y EXTERNOS EN LA EVANGELIZACIÓN

        El conocimiento y el aprendizaje humano se llevan a cabo por medio de un proceso que comienza del exterior
        al interior y después del interior al exterior.
        Para  que  en  la  evangelización  no  se  caiga  en  un  sentimentalismo,  es  necesario  que  se  dé  este  proceso
        circular. Solo de esta manera se logrará que la experiencia de Dios en el discípulo toque lo más profundo de
        su persona para transformarla.




                                                       Capítulo 3:
                             FRUTOS DE LA METODOLOGÍA ACTIVO-PARTICIPATIVA

                                         I.- UNA EVANGELIZACIÓN MÁS ACTIVA

        La evangelización no debe de ser algo pesado y aburrido, sino todo lo contrario debe de convertirse en un
        proceso donde el discípulo tenga una actitud más activa para descubrir lo que Dios quiere de él.



                       II.- APRENDIENDO A VIVIR LA FE DE FORMA PARTICIPATIVA Y VIVENCIAL

        Aprendemos más por los ejemplos que por las palabras. Lo mismo sucede con la fe. No podemos amar a
        Dios,  si  antes  no  lo  hemos reconocido  actuar en  nuestra  vida.  Uno  de  los frutos  de  la metodología  activo
        participa consiste en que proporciona los medios evangelizadores para conocer, percibir la presencia de Dios,
        de forma vivencial. El discípulo ama a Dios, amándolo.



                          III.- APERTURA DE NUESTROS SENTIDOS PARA DESCUBRIR A DIOS

        El  discípulo  desarrollará  una  sensibilidad  para  descubrir  el  actuar  de  Dios  en  su  historia  personal,  en  sus
        circunstancias  concretas.  Dios  sigue  actuando,  solamente  que  nuestros  sentidos  se  encuentran  atrofiados
        para  escucharlo.  El  método  activo-participativo  ayuda  a  despertar  los  sentidos  internos  y  externos  del
        discípulo para que aprenda a discernir con más claridad la voluntad de Dios.










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