Page 178 - Encuentra tu persona vitamina
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terminar  la  relación,  esta  nos  habrá  marcado  y  los  dos  sufriremos  con  la
                ruptura; bien porque ante las diferencias en un futuro, los conflictos de la vida

                harán saltar la relación por los aires.
                   El  cariño  que  surge  en  una  relación  es,  en  ocasiones,  tan  grande  que
                acabamos  formalizándola  aun  a  sabiendas  que  la  otra  persona  no  es  la
                adecuada pero no sabemos cortar con ella. La clave de la pirámide radica en
                este paso, que explicaré en el siguiente capítulo.






                3. ENAMORARSE


                   Aquí entra en juego el amor de verdad, el amor romántico, con mayúsculas.
                El enamoramiento es un sentimiento donde se une el deseo y la atracción con
                el anhelo de que eso que va apareciendo no disminuya ni se pierda nunca.
                   Hay  multitud  de  parejas  que  comenzaron  porque  encajaban  —«Me
                convenía y era bueno para mí»—; es decir, no sentían una gran pasión o un

                amor  intenso,  pero  sí  había  suficientes  planteamientos  que  les  hicieron
                continuar —«Vale tanto», «me cuida y es muy atractivo/a», «a mis padres les
                gusta», «su familia es estupenda», «es trabajador/a, bueno/a y responsable»,
                «es un/a chico/a valioso/a en todos los ámbitos»—.

                   Si no estás enamorado, soy de la teoría que no debes seguir con tu pareja.
                Sé  que  es  una  decisión  complicada;  y  lo  sé  porque  he  acompañado
                últimamente a mucha gente en esta encrucijada. ¿La razón para cortar? Que se
                te cruce alguien de quien te enamores. Entonces será probable que no seas
                capaz  de  mantener  —o  te  resultará  muy  difícil—  la  que  ya  tienes.  Y  las

                causas para no terminar con la relación puede ser el temor a la soledad, a
                enfrentarse a los miedos o a hablar con la otra persona.



                                                     E L CASO DE I SABEL
                  Isabel se separó a los cinco años de haberse casado porque su marido le era infiel. Sufrió mucho y
                  cayó en una profunda depresión. Trabaja de secretaria en una empresa tecnológica y gran parte de su
                  labor es online, por lo que desde el divorcio ha conocido a muy poca gente.
                    Se mudó al casarse y ahora se ve muy sola porque su familia vive en otra ciudad. Ha comenzado a
                  utilizar las redes sociales para conocer gente y un día quedó con un tipo que la escribió por Tinder. Se
                  llama  Juan,  tiene  cuarenta  y  siete  años,  está  separado  y  es  padre  de  dos  chicos  adolescentes.
                  Comenzaron a quedar y a verse y al año se fueron a vivir juntos.
                    Cuando conozco a Isabel me encuentro con una mujer de treinta y siete años, apagada, triste y con
                  poca ilusión. Hablamos mucho de Juan.
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