Page 174 - Encuentra tu persona vitamina
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Elegí varios libros     [8]  sobre el amor, las relaciones…, y todos hablaban de
                las claves  del matrimonio  o de la  pareja.  Fue  entonces cuando  me  planteé

                varias  preguntas:  ¿y si el  problema  tuviera  que  ver  con  un error a  la  hora
                elegir esa pareja? ¿Por qué nos juntamos con personas que en ocasiones no
                nos convienen? ¿Se puede aprender a elegir «bien» la pareja?
                   La  elección  surge  de  muchas  maneras.  La  mayoría  de  las  personas  va
                creando su propio mapa del tipo de pareja con la que quiere estar según su

                biografía, su voz interior, la relación con sus padres, las personas que han
                sido su pareja a lo largo de su vida… Ese retrato robot inconsciente a veces
                no es lo que más nos conviene, pero es la consecuencia de nuestra historia y,

                por tanto, cuando nos topamos con alguien así en la vida surge la chispa.
                   Aunque  muchos  piensan  que  la  elección  afectiva  —insisto,  hablamos  de
                quien quiere una pareja estable y duradera con la que formar un proyecto de
                vida—  no  es  un  tema  importante,  en  realidad  es  crucial.  Elegir  bien
                determina. La psicóloga Meg Jay, en su libro La década decisiva, explica que

                fallar en esta elección nos marca toda la vida, ya que con esa persona que
                elegimos, tomaremos decisiones que influirán de forma muy importante en la
                vida:  dónde  vivir,  cómo  gestionar  el  dinero,  el  tipo  de  educación  que
                queremos  dar  a  nuestros  hijos…,  y  si  esa  relación  se  rompe,  seguiremos

                arrastrando muchos temas durante años sucesivos, sobre todo, si hay hijos de
                por medio.
                   Existe  gente  que  falla  en  su  decisión  y  no  sabe  elegir  —«Siempre  me
                enamoro de la persona equivocada, ¿qué me pasa?», «¿será que el problema
                lo  tengo  yo?»—.  A  veces,  uno  se  topa  con  el  amor  de  la  manera  más

                inesperada. Otras, uno sale a la búsqueda con el propósito de encontrar el
                amor. Tiene claro lo que quiere y «trabaja» en ello. Tras observar cientos de
                relaciones, diseñé lo que yo denomino la teoría de la pirámide.
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