Page 177 - Encuentra tu persona vitamina
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2. LA CABEZA
Aquí entra en juego la inteligencia. Sí. En el caso de que durante esa
primera cita —o a lo largo de los compases iniciales— declares amor eterno,
muestres todas tus cartas o mantengas relaciones sexuales, tienes más
probabilidades de que la relación no llegue a buen fin. No digo que en esos
casos las relaciones resulten siempre un fracaso, pero la probabilidad de que
no funcionen es mucho mayor. Tu mente se nubla y no sabes si en realidad esa
persona te conviene.
No olvidemos que muchas veces no lanzamos a relaciones llevados por el
ímpetu de la pasión, de la atracción física y de la emoción intensa que surgen
en las primeras citas. Resulta complicado ser reflexivo en momentos donde
hay una exaltación fuerte del mundo afectivo. Es muy difícil poder discernir,
analizar y tomar decisiones de forma fría —la corteza prefrontal está
desactivada—. Ser dueños y señores de nuestras decisiones —no me refiero a
anular los sentimientos, sino a encauzarlos— es una llave poderosa para tener
éxito después de esos primeros momentos de pasión o chispa. Hay que usar la
cabeza. Suelo explicar en las conferencias, en consulta o a la gente cercana a
mí que lo ideal es hacerse varias preguntas:
— ¿Me conviene?
— ¿Me hace ser mejor persona?
— ¿Es lo que siempre he pensado que encajaría con mi forma de ser y
de ver la vida?
— ¿Está dentro de mis criterios?
Esta última pregunta es muy importante, te la explico con detenimiento en
las siguientes páginas. La respuesta a las tres primeras tiene que ser
afirmativa. Si durante el planteamiento no lo tenemos claro o vemos algo que
de manera explícita no nos conviene, es mejor no seguir avanzando —puede
ser por distintos motivos: está casado, tiene hijos, vive en otro país, este tipo
de hombres/mujeres siempre nos ha hecho sufrir, está comprometida, se
droga, es un mujeriego, no busca relaciones serias…—.
No hay nada peor que enamorarse de la persona equivocada. Si pese a
saber que no nos conviene racionalmente seguimos adelante, el daño
emocional está asegurado: bien sea porque después, al echarle valor para