Page 41 - Encuentra tu persona vitamina
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acerqué a su trabajo. Me dedicó no más de diez minutos en la puerta del
edificio mientras contestaba mensajes. Le pregunté si tenía novia y con una
sonrisa burlona me dijo:
—¡Novia no, pero novias, muchísimas!
Ya no era el amigo que yo conocía. Algo le había sucedido. Me dio mucha
pena porque fui consciente de que la amistad que teníamos se había perdido.
Yo lo relacionaba con esa vida completamente irreal y ambiciosa en la que
se había introducido. Semanas más tardes pasé por un drama familiar, un
tema muy delicado. En condiciones normales, se habría interesado e incluso
se habría ofrecido a ayudar. Le avisé y tardó varios días en contestarme.
Pasaron los años y una mañana me llamó para decirme que su padre tenía
una depresión grave. Desesperado, me pedía ayuda. Renunció a su trabajo y
regresó a España para poder cuidarle. El primer día que le volví a ver, me
encontré con alguien más parecido a mi amigo de toda la vida. Traté a su
padre durante meses y se curó, pero lo más significativo fue la «curación» de
mi amigo, que recuperó en parte su forma de ser.
He podido hablar con él más tranquilamente sobre su etapa en Estados
Unidos. Ahora, con los conocimientos, que tengo soy consciente de que tuvo
una «subida» de testosterona considerable al tener un puesto de
responsabilidad donde mandaba mucho y se codeaba con gente importante
con la consiguiente bajada de oxitocina.
¿Qué ayudó a mi amigo? Toparse con el dolor. He repetido a lo largo de
la vida que el sufrimiento puede tener un sentido, ¡sí!, y este puede estar
relacionado con el hecho de que cuando sufrimos conectamos con el dolor
de otros. El sufrimiento transforma el corazón.
Tras una etapa difícil con el dolor como protagonista, uno se acerca al
alma de otras personas. Es capaz de empatizar mejor y entender mejor a los
que le rodean.
Hasta hace unos años, ser emocional se percibía como una debilidad. Hoy,
con tanta feminización, voluntaria o impuesta de la sociedad y de los puestos
de responsabilidad, se está redescubriendo el enfoque más empático de la
vida, del trabajo e incluso de la toma de decisiones. Las herramientas de la
inteligencia emocional y de la empatía en el mundo laboral abren puertas y
aportan la posibilidad de mejorar el rendimiento y felicidad en el trabajo.