Page 15 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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listo para reconocerte en la mayoría de los ángulos posibles. Pues los
               conceptos o imágenes que creamos para entender el mundo se forman

               de  manera  parecida.  Desde  pequeños,  de  modo  inconsciente,  nuestra

               mente  observa,  escucha  y  siente  desde  distintas  perspectivas  y  a  esa
               experiencia le da un significado, convirtiéndose en un concepto o imagen

               mental.

                  Todos los cerebros tienen estructurados una serie de conceptos que

               han ido aprendiendo a lo largo de la vida y que se han guardado en la
               memoria, por ejemplo: concepto de casa, concepto de amor, concepto

               de croqueta… De esta forma, cuando las personas reciben información

               proveniente de sus ojos, oídos, tacto, olfato, etc., lo único que tienen que
               hacer sus cerebros es coger esa información y contrastarla con la de sus

               conceptos mentales para darle un significado.

                  Puedes imaginar la de errores que cometemos de percepción sin ser

               conscientes de ello y la de veces que pensamos que tenemos razón sin
               tenerla,  solo  porque  lo  que  hemos  experimentando  nos  cuadra  con

               nuestros conceptos mentales.

                  Esto  explica  que,  si  en  el  pasado  te  han  rechazado  unos  amigos  y
               ahora  tienes  unos  nuevos,  tu  cerebro  interprete  silencios  o  ciertas

               palabras como rechazo de tus actuales amigos, aunque no lo sea, solo

               porque cuadra con tu concepto mental de rechazo.
                  ¡Vaya!  ¿Entonces  no  estoy  loco?  No,  es  tu  cerebro  interpretando

               cosas que no existen para protegerte, pero a veces le sale regulinchi.
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