Page 19 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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La película que nos cuenta el cerebro es diferente para cada uno, ya
que depende de nuestros genes, crianza, sociedad, cultura y de lo que
nos ha pasado a cada uno en la vida. Eso hace que, por ejemplo, tu
amigo y tú tengáis inquietudes distintas y que cada uno le dé una
importancia a tener pareja.
Es tan fundamental nuestra película y nuestra propia identidad para el
cerebro que las emociones nos guían para que hagamos acciones
coherentes con esa película. Si esta nos cuenta que somos buenas
personas, nos sentiremos bien si hacemos cosas que consideramos de
buena persona y nos sentiremos mal si hacemos cosas que
consideramos de mala persona.
Cuando somos conscientes de que la película que nos contamos es
solo una película y no somos esclavos de ella, podemos gestionar mejor
lo que nos ocurre y dar respuestas más encaminadas hacia nuestro
bienestar, pero cuando el cerebro le da al play, es muy complicado parar
y darse cuenta.