Page 28 - Revista Octubre
P. 28
La sociedad actual ha perdido el rumbo, estamos tan desconectados de la realidad que
buscamos la felicidad en los logros materiales, y mientras más bienes acumulamos,
más insatisfechos nos sentimos. La búsqueda se está realizando en el lugar equivocado,
ya que la respuesta no está afuera sino dentro de cada ser, necesitamos conectar con esa
energía poderosa del amor incondicional hacia nosotros mismos, necesitamos
observarnos, conocernos identificarnos y aceptarnos tal como somos, debemos
entender que no existe diferencia entre nosotros que somos partes de un todo, la única
diferencia es el avance que hayamos logrado en este camino en el que vamos
conectando tanto con personas experimentadas en las cuales podemos apoyarnos para
avanzar en nuestra propia evolución. Es esencial también conectar con personas que
están hoy en el lugar por donde ya transitamos hace tiempo, a las que podríamos
apoyar en su proceso evolutivo, siempre y cuando lo necesiten y desde el más profundo
amor.
Cuando surge en nosotros esa inquietud, esa sospecha de que hay algo que no hemos
entendido, empiezan a desarrollarse una serie de acontecimientos no por casualidad
sino por causalidad, pues ya conocemos que todo ocurre en el universo por alguna
razón, empezamos a buscar las respuestas a preguntas como ¿quiénes somos? ¿para qué
estamos aquí?, se desencadenan una serie de hechos sincrónicos, que nos conducen al
encuentro con nosotros mismos, al autodescubrimiento, al silencio a la introspección y
finalmente al maravilloso encuentro de la verdad que nos hace libres. Y es que; somos
partes del todo, no existe separación, estamos conectados por el mismo aliento de vida
que nos habita, somos hermanos, nos sentimos parte de todo cuanto nos rodea, es decir
que estamos integrados, entonces nos iluminamos, y podemos iluminar cada lugar por
el que transitamos, entendemos que nuestras palabras son la barita mágica que nos
concede todos los deseos y por lo tanto sabemos que no deberíamos decir nada que
pueda lastimar a nadie, empezamos a tratar a los demás como nos gustaría que nos
trataran, y vamos trascendiendo hacia una mejor versión de nosotros mismos.
Debemos entender que el primer amor es el amor por uno mismo por varias razones:
La primera: Porque nadie da lo que no tiene, es decir no puedo amar a nadie si antes no
me amo yo.
La segunda: No puedo pedir que alguien me ame si yo no me amo, para amarme es
necesario primero conocerme, luego aceptarme, sin juzgar, sin criticar, sin sentir
culpas, por lo tanto debo aprender a perdonarme, entendiendo que cada error cometido,
seguramente no fue intencional, y además trajo implícitos aprendizajes, muchos de los
cuales pueden ser dolorosos, pero que no tienen por qué transformarse en sufrimiento,
pueden existir también aprendizajes amorosos, en la medida que mi conciencia vaya
despertando y comprendiendo.
La tercera: Solo cuando estoy consciente de lo valioso que soy y de lo que merezco,
entonces puedo amar a otro, entendiendo que todos somos parte de la unidad, que
venimos de la misma fuente y que una vez terminado nuestro tránsito por este espacio
tiempo volveremos a dicha fuente.