Page 21 - LIBRO DE RELIGIÓN 1° MEDIO
P. 21

Desde la perspectiva cristiana






                La resurrección de Jesús

                El testimonio de los apóstoles

                A los pocos días de la muerte de Jesús, algunos apóstoles tuvieron la cer-
                teza de que Jesús no había quedado entre los muertos, sino que estaba
                vivo. La certeza de su resurrección vino de su experiencia de haber visto
                a Jesús, de haberlo tocado y comido con Él.
                   Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con uste-
                   des”.
                   Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les pre-
                   guntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren
                   mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu
                   no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”.
                   Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y
                   la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les
                   preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?”. Ellos le presentaron un
                   trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.


                                                                     Lc. 24, 36-43

                Esta tremenda noticia la anunciaron a los cuatro vientos, salieron a pro-
                clamarla por todas partes y muchos creyeron en su testimonio. Pedro lo
                expresa de esta forma:

                   Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan
                   bien lo que les voy a decir (...): Dios demostró ante ustedes la au-
                   toridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de Él grandes
                   maravillas, milagros y señales. Y a ese hombre, que conforme a
                   los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron,
                   crucificándolo por medio de hombres malvados.
                   Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, por-
                   que la muerte no podía tenerlo dominado. (...) Pues bien, Dios ha
                   resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos.
                   (...) Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este
                   mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor
                   y Mesías.


                                                           Hch. 2, 14.22-24.32.36

                Esta certeza que tienen los apóstoles acerca de la presencia de Jesús
                en su vida es lo que los hace cambiar de actitud. Pasan de la desilusión
                a la ilusión; de la desesperanza a la esperanza; de la cobardía a la va-
                lentía. A partir de este momento, los apóstoles anuncian, sin miedo
                alguno, que Jesús vive y que vale la pena vivir según su enseñanza
                y su mensaje.
                Esta es la razón del cambio sorprendente que se produjo en la vida de
                los apóstoles: Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos
                y con ello afirmaba todas sus palabras y todas sus actuaciones. Por eso se       La crucifixión de San Pedro (1601),
                convertirán en los testigos de la resurrección y proclamarán esta buena                       de Caravaggio.
                noticia de salvación por todo el mundo, incluso hasta dar la vida, como
                Pedro y Pablo.


                                                                                    RELIGIÓN 1º MEDIO • Unidad 1    21
   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25   26