Page 35 - LIBRO DE RELIGIÓN 1° MEDIO
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Desde la perspectiva cristiana
Sentido de la Creación
Creados por Dios
Los hombres y mujeres de todas las épocas se han preguntado sobre el
origen de la vida humana. En la Biblia leemos la respuesta de Dios en el
relato del Génesis, que es de tipo mitológico. Es decir, no consiste en una
explicación científica sobre la vida humana en su dimensión biológica
—como la que da el evolucionismo—, sino del sentido que tiene para el
hombre y la mujer saberse como hijos de Dios y poseer un conjunto de
capacidades espirituales para vivir mejor en medio de la Creación.
Vamos a detenernos ahora en estos relatos bíblicos:
Entonces Dios dijo: Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño
—Ahora hagamos al hombre a nuestra ima- profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas
gen. y le cerró otra vez la carne. De esa costilla Dios el Señor
Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual, al verla,
animales domésticos y los salvajes, y sobre los dijo:
que se arrastran por el suelo. —¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios hue-
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su sos!
imagen; varón y mujer los creó, y les dio su Se va a llamar “mujer”, porque Dios la sacó del hombre. Por
bendición: eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a
—Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mun- su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.
do y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las Tanto el hombre como la mujer estaban desnudos, pero
aves y a todos los animales que se arrastran. ninguno de los dos sentía vergüenza de estar así.
Gn. 1, 26-28 Gn. 2, 21-25
Ambos textos, con un lenguaje diferente, nos dicen la misma verdad:
Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza.
Iguales ante Él
De estos textos, los cristianos y cristianas deducen consecuencias muy
importantes para sus vidas, para su desarrollo como personas y como
seres comunitarios:
— El hombre y la mujer han sido creados iguales en dignidad, a ima-
gen y semejanza de Dios.
— El hombre reconoce en la mujer que Dios le presenta, no solo una
criatura igual a él, sino profundamente unida a él: «¡Ésta sí que es
de mi propia carne y de mis propios huesos!» (Gn. 2, 23).
— Dios ha entregado la Creación al ser humano para que la cuide y disfrute de ella. El hombre y la mujer son
responsables de:
• La Creación: «que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los
reptiles» (Gn. 1, 26).
• La vida: «Tengan muchos, muchos hijos, llenen el mundo y gobiérnenlo» (Gn. 1, 28).
— El hombre y la mujer pueden ser amigos de Dios, capaces de tener una relación de amistad con Él en sus
vidas.
A pesar de la fractura que representa el pecado, y de la muerte de Cristo, en la condición de criaturas, el hombre
y la mujer no pierden ante Dios su dignidad como personas.
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