Page 84 - LIBRO DE RELIGIÓN 1° MEDIO
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La Iglesia perseguida
La Iglesia perseguida
Durante los primeros siglos del cristianismo, las comunidades vivían en
casas particulares. Allí rezaban, celebraban la Eucaristía y escuchaban la
enseñanza de los apóstoles. Se preocupaban especialmente de vivir los
valores evangélicos, es decir, como hermanos, compartiendo sus bienes
entre los más necesitados, practicando la fraternidad y la solidaridad.
Calumnias
Sin embargo, llegó el momento en que los cristianos no fueron vistos con
buenos ojos por el mundo romano, ni por las autoridades ni por la población.
En el ámbito popular, como en el político, se los acusaba y calumniaba en
distintos sentidos: se decía que eran ateos, pues no participaban en los cultos
a los dioses romanos; se los tildaba de antropófagos, pues el cuerpo y la san-
gre que bebían en sus rituales serían las de un niño, víctima de un asesinato;
se desconfiaba que se relacionaran con las clases más bajas de la sociedad;
eran malos ciudadanos, pues no se integraban en las costumbres tradicionales
de los romanos, y difundían una doctrina contraria a la razón, pues, por ejem-
plo, les parecía absurdo y mentiroso que Dios se hubiera hecho hombre y hubiera resucitado. San Esteban, el primer mártir cristiano,
Obviamente, estas acusaciones estaban muy lejos de la realidad. Los cristianos y cristianas se moestró crítico de las autoridades
eran ciudadanos ejemplares en su conducta y no suponían ninguna amenaza para el Impe- judías que habían rechazado a Jesús.
rio. Cumplían las leyes, excepto las que atentaban contra su fe, como, por ejemplo, adorar al Fue detenido por el Sanedrín y
apedreado hasta la muerte.
emperador como a un dios.
Nerón y el incendio de Roma
Durante los dos primeros siglos no hubo una persecución general, sino local y muy limitada en el
tiempo, como la de Nerón, que se produce como consecuencia del incendio de Roma en el año 64.
Nerón hizo sufrir a los cristianos el castigo de los incendiarios, pero esta persecución no fue más
allá de Roma. En ella murieron san Pedro y san Pablo.
La persecución general
Durante el siglo III, tuvo lugar la primera persecución general con-
tra los cristianos. Una ley del emperador Decio obligaba a todos
los ciudadanos a ofrecer sacrificios a los dioses del Imperio y pedir
un certificado de haberlo hecho. Muchos cristianos fueron fieles
a su fe y sufrieron el martirio, pero también algunos cedieron a la
Nerón, uno de los más
cruentos emperadores presión y ofrecieron sacrificios a los dioses del Imperio.
romanos. La última y más terrible persecución tuvo lugar durante el man-
dato de Diocleciano. La negativa de varios soldados cristianos a
realizar los ritos del culto imperial, unida a la idea de que el cristianismo ponía en peligro a la
vieja sociedad tradicional, motivó el inicio de esta persecución.
En el año 313, los emperadores Constantino y Licino se pusieron de acuerdo para reconocer
la libertad de culto para todos los ciudadanos del Imperio, medida que quedó reflejada en el
Edicto de Milán.
San Sebastián. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era
respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de
cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios
idolátricos, hasta que fue denunciado. El emperador lo condenó a morir asaeteado,
pero sobrevivió. Finalmente entregó la vida con el castigo del azote.
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