Page 16 - edicion 846 El DIrectorio
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Mundo
Encuentro en La Palma, Canarias ¿Cuándo fue que se jodieron nuestros
países?
como un clásico, porque, efectivamente, Perú salía de la muy “jodida” dictadura de Manuel Odría, y él “quería dejar un testimonio literario” de la experiencia. De lo que no era consciente en aquel momento el autor de La ciu- dad y los perros, que ya se había publicado, iba a ser to- mado como un testimonio mayor de compromiso litera- rio, del que aquella frase fue emblema.
Ahora Vargas Llosa expli- caba en la isla de La Palma, en el curso de ese encuentro organizado por su cátedra, que ese fue “el libro que más trabajo” le costó. Su objeto era dejar testimonio “de una experiencia que por desgra- cia han vivido todos los paí- ses latinoamericanos, con poquísimas excepciones, de lo que significa una dicta- dura”.
En el encuentro había escri- tores que ahora viven dicta- duras de parecida intensidad: Cuba, Nicaragua, Venezuela... Y había otros, de Colombia, del propio Perú, de México, con expe- riencia para explicar, en sus obras o en sus memorias, escritas o por escribir, cómo es vivir en tiempos de penu- ria, cuando Bertolt Brecht aconsejaba que también debía cantarse.
El testimonio que más im- pacto me produjo, entre todos los escuché cuando pregunté por el hecho de
que hoy la literatura hispa- noamericana sea de las noti- cias más importantes y positivas de los países de América, fue el que me dijo el poeta venezolano José Balza. “La literatura –me dijo–no es una noticia, ni buena ni mala, la literatura es muchísimo más que una noticia. Es algo que perdura. Y precisamente perdura por- que acoge constantes secre- tas e invisibles del ser humano. No las constantes históricas, esas son visibles, públicas. Recoge lo que ha dicho el ser humano en todos los tiempos, solamente que iluminando cada vez una zona no prevista”.
En el caso de Venezuela, lo que dice su literatura es lo que está ocurriendo hoy: “Que hay una lucha entre hermanos, algo que no es particular de mi país. Esa cosa fratricida pertenece al ser humano de toda la vida, un pueblo que destroza parte de sí mismo y de otros por una guerra estúpida. Aquí intervienen los poderes económicos y otros poderes, pero esa constante existe y lo ha estado diciendo la lite- ratura siempre”.
–¿Cómo recibe la noticia real de que hay una guerra entre hermanos? ¿Cómo afecta a su manera de ver la vida y describirla?
--No soy distinto de los demás seres que viven en cualquier lugar. En un país
como Venezuela, eso me afecta en todo y también afecta a los demás. Lo que ocurre en Venezuela es tan doloroso, tan miserable, que casi parece increíble. Las ciudades no tienen trans- porte, las calles están rotas, no hay agua ni electricidad, ha habido una destrucción de la civilidad, de lo cons- truido, no importa por qué sistema, democrático o no, antiguo o no. Todo ha sido destruido por una falsa idea de una sociedad perfecta, solidaria. Es simplemente, otra vez, por dinero, por poder, esas cosas inexplica- bles del ser humano. Para eso está una de las funcio- nes de la literatura: tratar de comprenderlo. Cuando digo que lo fratricida ha existido siempre, y que la literatura lo ha mostrado, tiene que ver con lo que digo que puede mostrar la literatura. Y no es que llegue a la masa, porque no puede llegar, hay dema- siada ignorancia. No llega ni siquiera a la clase media, llega a cierta gente de cual- quier clase social pero que ha desarrollado la capacidad de comprender. Cuando eso llega, la literatura cumple una de sus funciones: des- cubrirte que siempre hemos estado en esa pugna.
–Vargas Llosa dice que la li- teratura hispanoamericana es de lo mejor que ocurre en el continente. ¿Qué condi- ciona esa calidad, por qué se mantiene, de dónde viene, por qué persiste en el
Cincuenta años después de que Mario Vargas Llosa es- cribiera su novela más im- portante, Conversación en La Catedral, naciones de Hispanoamérica como aquel Perú de Zavalita siguen dando razones para que sus ciudadanos, entre ellos los escritores, se pregunten en qué momento se jodieron, y por qué siguen jodidos, sus países.
En su más célebre novela, Vargas Llosa se hace eco de la pregunta más repetida de la literatura hispanoameri- cana: “¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?”. En un encuentro organizado por la cátedra que lleva su nom- bre, que juntó a autores de casi todos los países de His- panoamérica, nosotros pre- guntamos a Vargas y a algunos otros cómo sobre- vive la escritura en el males- tar. Fue esta última semana, en Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma, en Ca- narias, donde Vargas Llosa alentó, una vez más, a leer para defender la libertad.
Vargas Llosa escribió aquella novela, que ahora se celebra
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El Directorio Comercial Latino de Montreal
Edición 846 - Del 24 al 30 de Octubre del 2019