Page 12 - Edicion 861
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Reportaje
Ansiolíticos, la adicción silenciosa
  En España, más de dos millo- nes de personas toman ansio- líticos con regularidad. Es decir, ya hay más personas que los consumen que pobla- ción diagnosticada por ansie- dad y depresión. Los
(dosis diaria por cada 1000 habitantes), lo que supone que un 5,5 por ciento de los españoles -más de dos millo- nes- los toma a diario.
Hablamos de drogas legales
psiquiatras. El 81 por ciento lo prescriben médicos de familia en sus consultas sobresatura- das
Es lo que hace Laura, admi- nistrativa de una empresa de transporte que, a sus 43 años, lleva una década consu- miendo Lorazepan de noche y Lexatin de día. «Mi marido y mi suegro me las piden para dormir», admite. Los hombres, por supuesto, también los toman, aunque son más re- acios a ir al médico. De hecho, aunque consuman la mitad que ellas, se automedi- can más con este tipo de fár- macos, como revela la Encuesta nacional de salud, sobre todo entre los 25 y los 44 años. También los mezclan más con el alcohol y drogas ilegales. El 15 por ciento reco- noce, además, echar mano de las benzodiacepinas para ‘co- locarse’ o «acentuar o reducir los efectos de otras drogas».
Un mercado en alza
Accesibles, baratos y de ac- ción rápida, lo cierto es que el consumo de este tipo de fár- macos no para de crecer. En España ya hay más personas que consumen psicofármacos que población diagnosticada con ansiedad o depresión. Y la tendencia es preocupante, ya que entre 2007 y 2017 se duplicó el número de quienes admiten haber tomado ‘ben- zos’, como las llaman los mé- dicos. No es, en todo caso, un asunto del que la gente hable abiertamente. «No lo cuentas porque eso es admitir que no estás bien», dice María.
El psicólogo Cano Vindel, que lideró un ensayo (PsicAP) para incorporar el tratamiento psicológico en atención prima-
ria, profundiza en esa idea. «Yo te garantizo que más del 20 por ciento de la plantilla de cualquier empresa toma ben- zodiacepinas sin diagnóstico que lo justifique. Y entre los españoles de 60 o 70 años el consumo puede ser del 38 por ciento, ya que aumenta en un 5 por ciento con cada dé- cada».
“Es muy preocupante porque el consumo continuado de ‘benzos’ está muy relacionado con el deterioro cognitivo e in- cluso con el alzheimer”, ad- vierte una neuropsiquiatra
Rafaela Santos, neuropsiquia- tra y presidenta del Instituto Español de Resiliencia, atiende a pacientes de todas las edades, pero subraya que le llegan «muchos de más de 60 años que llevan tomando pastillas desde los 40».
Y advierte: «Es muy preocu- pante, porque el consumo continuado de ‘benzos’ está muy relacionado con el dete- rioro cognitivo e incluso el alz- héimer. La relajación muscular que produce implica, además, riesgo de atragantamiento». Las mujeres mayores confor- man, de hecho, un grupo im- portante de consumidoras. «Hay algunas especialmente peligrosas para esas personas -dice el doctor Juan Antonio López, de la Sociedad Espa- ñola de Medicina de Familia y Comunitaria-. Tardan más en hacer efecto, pero permane- cen hasta día y medio en la sangre. Y al despertarse de noche para hacer pis se caen y se parten la cadera».
Ansiedad no es debilidad
Muchos médicos de cabecera justifican la prescripción ma-
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El Directorio Comercial Latino de Montreal
psicofármacos, prescritos de forma masiva en nuestro sis- tema sanitario, se están con- virtiendo en una bomba de relojería con costes millona- rios. ¿Trivializamos su con- sumo? ¿Y cuáles son las consecuencias? Por Priscila Guilayn / Ilustración: Meka- kushi
Los ansiolíticos son las drogas de las madres, de las mujeres. En mi oficina, por ejemplo, somos tres y las tres los toma- mos», cuenta María, una so- cióloga de 44 años. Su afirmación, intuitiva, está, sin embargo, avalada por la esta- dística: entre los 35 y los 64 años, una de cada diez muje- res los consume a diario. Así lo revela un informe del Minis- terio de Sanidad, que confirma que el consumo de ansiolíti- cos en España ha crecido hasta llegar a los 55 DHD
cuyo consumo se inicia mu- chas veces por prescripción de un médico en atención pri- maria y acaban tomándose de forma descontrolada, sin re- ceta y sin supervisión médica.
Se usan para tranquilizarse, dormir o afrontar problemas de la vida que «no se encaran mejor con anestesia», en pa- labras del psicólogo Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Y te las puede recomendar y proporcionar tu madre, tu hermana, tu vecina o tu amiga que siempre las lleva en el bolso o las guarda en el botiquín. «Los ansiolíti- cos no caducan -dice María-. O te los tomas o los regalas, porque siempre te los piden».
Solo el 19 por ciento de los ansiolíticos son recetados por
  Edición 861 - Del 7 al 12 de febrero del 2020











































































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