Page 21 - El Camino de la Felicidad
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Dios quiere que perdones a los que te han ofendido: familiares, amigos, vecinos, compañeros de
trabajo, e incluso a tus enemigos. Debes perdonar a todos. Jesús fue crucificado entre dos
malhechores, en un lugar llamado la Calavera. ¿Sabes qué decía estando en la cruz? “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).
El amor acepta a los demás: una de nuestras necesidades básicas es sentir que somos aceptados
por nuestros seres queridos. Hay mucha gente que se siente rechazada por los que le rodean. Ese
sentimiento les causa profundas heridas emocionales.
Jesús abre sus brazos y nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28). “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Jesús nos recibe a
todos, y espera que nosotros hagamos lo mismo con los demás. El apóstol Pablo dice: “Recibíos los
unos a los otros, como también Cristo nos recibió”
(Romanos 15:7). El amor de Cristo nos mueve a
aceptar al “otro” con sus diferencias.
Aceptar a los demás significa ser tolerantes ante
las diferencias de carácter o personalidad. No hay
dos personas iguales. Vivimos en un mundo
marcado por las diferencias, y hemos de hacer un
esfuerzo de comprensión y aceptación mutua. La
Biblia nos exhorta a “soportarnos con paciencia los
unos a los otros en amor” (Efesios 4:2).
El amor se expresa sirviendo a los demás: Jesús dijo
de sí mismo que “no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos”
(Marcos 10:45). Jesús anduvo haciendo el bien y
sanando a todos los oprimidos por el diablo. Su
vida fue una continua expresión de servicio.
Jesús subrayó la importancia del servicio con un
ejemplo personal, mientras cenaba con sus
discípulos, “se levantó de la cena, y se quitó su
manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego
puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies
de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con
que estaba ceñido”. Y cuando terminó, les dijo:
“Vosotros también debéis lavaros los pies los unos a
los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. La
lectura completa de este episodio la tienes en Juan 13:1-15.
Jesús nos enseña a servir por amor; sin esperar nada a cambio. El que sirve por precio o recompensa
es simplemente un asalariado. La Biblia dice; “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para
el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia,
porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).
Enseñando sobre el día en que las naciones serán juzgadas, Jesús dijo que todo lo que hacemos por
los que sufren y tienen necesidad es como si se lo hiciéramos a él. Este es el servicio al que Dios nos
ha llamado. Léelo en Mateo 25:31-46.
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