Page 25 - El Camino de la Felicidad
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Adoración y alabanza: así reconocemos lo que Dios es, y su autoridad sobre nosotros. Él es
        santo y sublime, y es también nuestro Padre.

        Intercesión: es la oración que hacemos por los demás, por la obra de Dios por el mundo, por
        nuestro país, por nuestros familiares y amigos. Debemos interceder para que la voluntad de
        Dios se cumpla en toda la creación.

        Petición: es la oración que hacemos por nosotros mismos, por nuestras necesidades
        personales, económicas; reconociendo así que Dios es la fuente de todo bien.

                                                       Confesión: al pedir perdón por
                                                       nuestros pecados, nos acogemos a
                                                       su   gracia  y    misericordia,
                                                       recordando que debemos perdonar
                                                       a los demás si queremos ser
                                                       perdonados.

                                                       Ora en el nombre de Jesús: “De
                                                       cierto, de cierto os digo, que todo
                                                       cuanto pidiereis al Padre en mi
                                                       nombre, os lo dará. Hasta ahora
                                                       nada habéis pedido en mi nombre;
                                                       pedid, y recibiréis, para que vuestro
                                                       gozo sea cumplido”  (Juan 16:23-
                                                       24). Termina siempre tus oraciones
                                                       con expresiones como éstas: “En el
                                                       nombre de Jesús. Amén”, “En el
                                                       nombre de Jesús, tu Hijo amado.
                                                       Amén”. Si quieres que Dios escuche
                                                       tu  oración, hazla  siempre  en  el
                                                       nombre de Jesús.

                                                       Ora con fe: Jesús dijo: “Todo lo que
                                                       pidiereis orando, creed que lo
                                                       recibiréis,  y  os  vendrá” (Marcos
                                                       11:24). “Sin fe es imposible agradar
                                                       a Dios; porque es necesario que el
                                                       que se acerca a Dios crea que le hay,
                                                       y que es galardonador de los que le
                                                       buscan” (Hebreos 11:6).

        Sé  perseverante: la perseverancia es hermana de la fe, Jesús nos  enseña  a orar
        insistentemente, día tras día, hasta recibir la respuesta a nuestras oraciones (Lucas 11:5-10).
        La parábola de la viuda y el juez injusto es una buena ilustración de la necesidad de orar y no
        desmayar, léela, están en Lucas 18: 1-8).

        Sé agradecido: Dios quiere que aprendas a diferenciar entre lo que te gustaría y lo que
        necesitas, entre el capricho y la necesidad, Él suplirá tus necesidades (Filipenses 4:19).
               Así que, ora con un corazón confiado, agradecido por su bondad para contigo.

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