Page 24 - El Camino de la Felicidad
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Unidad 4: Tres cosas que debes hacer

                                  2.- ORAR





                            “Orad sin cesar”  (1 Tesalonicenses 5:17)

      Hay pocas cosas en la vida que hagamos sin cesar, no comemos sin cesar, ni bebemos sin
      cesar; no trabajamos sin cesar, ni dormimos
      sin cesar. En realidad no hay nada que
      hagamos sin cesar, excepto respirar; si
      dejamos de respirar nos morimos, igual pasa
      con la oración.

      ¿QUÉ ES ORAR?
      La oración es la respiración del alma.
      Mediante la oración entramos en la atmósfera
      de Dios y respiramos su presencia. Sin oración
      el alma se muere. Por eso necesitamos orar
      sin cesar. El apóstol Pablo nos dice que
      debemos orar “en todo tiempo con toda
      oración y súplica en el Espíritu” (Efesios 6:18).

      Orar es hablar con Dios. No consiste en rezos
      ni en decir cosas que otros han dicho; sino en
      abrir el corazón delante de Dios. La verdadera
      oración es aquella que expresas con tus
      propias palabras. Al orar estás hablando con
      Dios como lo harías con un amigo.

      La oración es al mismo tiempo una expresión
      de amor. Cuando amas a una persona deseas
      estar con ella el mayor tiempo posible; las
      horas pasan  rápidamente, y todo  el tiempo
      del mundo te parece corto. Si tu amor por
      Dios es real, desearás pasar tiempo en su
      presencia para conocerle más.

      ¿CÓMO HEMOS DE ORAR?
      Una vez los discípulos de Jesús le pidieron que
      les enseñara a orar, y él les dijo: “Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,
      santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también
      en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque
      también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas
      líbranos del mal” (Lucas 11:1-4).

      Jesús no pretendía que los discípulos repitieran esa oración siempre que se pusieran a orar. Se
      trataba de una oración guía, es decir, de un modelo para expresar correctamente sus propias
      oraciones. Así, nuestras oraciones deben tener por lo menos estos ingredientes:
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