Page 9 - La Basílica María Auxiliadora de Lima
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La Basílica de María Auxiliadora de Lima:
un homenaje con nombres e historias
Un poco de historia y de memoria salesiana
“El segundo domingo de octubre de aquel 1844, tenía que comunicar a mis muchachos que el Oratorio
había de ser trasladado a Valdocco –escribe Don Bosco–. La noche precedente fui a descansar con el
corazón lleno de inquietud. Durante toda ella tuve un sueño. Soñé que me encontraba en medio de una
gran cantidad de lobos, de cabras, corderos, ovejas, carneros, pájaros, perros... Yo quise huir, cuando una
Señora admirablemente vestida de pastorcilla, me indicó que siguiese y acompañase a aquella extraña
grey… ‘Mira otra vez’, me dijo la Pastorcilla. Y al dirigir mi vista a aquel mismo lugar, vi una magnífica
iglesia. En el interior de aquella iglesia se veía una franja blanca, en la cual se leía escrito con caracteres
cubitales: Hic domus mea, inde gloria mea”. (Giovanni Bosco, Memorie dell’Oratorio di S. Francesco di Sales
dal 1815 al 1855, in Istituto Storico Salesiano, Fonti salesiane 1. Don Bosco e la sua opera, Roma, LAS
2014, pp. 1241-1242)
Hace pocos meses hemos celebrado el 150° Aniversario de la Basílica de María Auxiliadora de Turín. Una
Basílica deseada y querida expresamente por Don Bosco. Y los Salesianos de Don Bosco han construido
capillas, templos, santuarios y basílicas en honor a la Auxiliadora por todo el mundo. Y cada templo
dedicado a la Virgen, Madre Auxiliadora, es una obra de arte, una obra de ingenio y una obra de pasión
educativa y pastoral de los hijos de Don Bosco para acercar a sus muchachos y muchachas a la Madre
del Cielo. Obras que tantas veces, a ejemplo de nuestro padre Don Bosco, se comenzaron y fueron
construyendo sin tener un centavo en los bolsillos.
Es el caso de la Basílica de María Auxiliadora de Lima, en el distrito de Breña. Una verdadera obra de arte,
de ingenio, y sobre todo de pasión y de amor a la Virgen.
Los Salesianos y la difusión de la devoción a la Auxiliadora
Los Salesianos fueron enviados al Perú por Don Miguel Rúa partiendo de Génova el 22 de agosto de
1891 llegando al puerto del Callao el 28 de setiembre de 1891. Fecha memorable para esta patria.
Llegados allí se dedicaron inmediatamente a trabajar con los muchachos pobres y abandonados en la
primera casa del Rímac. Se acomodan como pueden en medio de la sencillez, y el 8 de diciembre de
1891, cincuenta años después de que Don Bosco iniciara su primer Oratorio con Bartolomé Garelli,
dan vida al primer Oratorio en el barrio del Rímac. De aquel primer lugar y presencia salesiana surgió
la primera vocación a los altares, monseñor Octavio Ortiz Arrieta, el primer joven peruano que se hizo
salesiano y que fue uno de los grandes difusores de la devoción a María Auxiliadora.
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