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Era la primera vez que Mariavida exponía,
                        así que me dispuse a escucharla con mucha
                        atención y a observar cada uno de sus
                        movimientos. Dijo Mariavida:
                           -Hola. Me llamo Saúl y pueden leer mi historia                                   Dios
                        en el primer libro de Samuel. Era poco más que                                    mira el
                        un muchacho, alto y fuerte. Me llamaba Saúl y                                    corazón
                        había salido con un mozo de la casa de mi padre                                 del hom-
                        a buscar unas asnas que se habían extraviado.
                        Como se alejaron bastante de mi casa y no                                    bre, no las
                        las encontrábamos, el mozo me dijo: “Sé que                                 apariencias.
                        hay un hombre que tiene fama de vidente y                                    El hombre
                        que mora en la ciudad próxima hacia donde nos dirigimos”. Este
                        hombre no era otro que Samuel. No es que fuera vidente, en el               que pone su
                        sentido de “adivino”, es que sabía las cosas porque Dios le hablaba.       confianza en
                        Ya Dios había advertido a Samuel, el día anterior, que le visitaría        Dios siempre
                        un muchacho y que habría de ungirle como el primer rey de Israel.              triunfa.
                        Samuel me vio venir y convocando un banquete con unos treinta
                        hombres, me ungió la cabeza con óleo delante de todos y me
                        nombró rey de Israel de parte de Yahvé. Me dijo además donde
                        podía encontrar las asnas que había perdido como prueba de
                        que lo hecho era voluntad de Dios. Fui aceptado como rey por los
                        israelitas y logré algunas hazañas combatiendo a los filisteos que
                        era el principal pueblo enemigo; pero mi comportamiento, a lo
                        largo de mi reinado, no agradaba a Yahvé, y dijo Yahvé a Samuel:
                        “He rechazado a Saúl para que no reine más sobre Israel, llena tu          En el AT, Dios
                        cuerno de óleo y dirígete a Belén, a casa de un hombre llamado
                        Jesé, pues he visto un rey para mí entre sus hijos”. Ese joven fue          prohibió la
                        David. Hacia él tuve sentimientos de envidia pese a que él no me             consulta a
                        había hecho daño alguno. Mi orgullo pudo más y fui de error en               adivinos y
                        error. Llegué al extremo de consultar a una pitonisa acerca de una           astrólogos,
                        batalla contra los enemigos filisteos, que sería decisiva. Por medio
                        de la pitonisa, en Endor, Dios me habló por boca de Samuel, que ya         dado que esto
                        estaba muerto, y anunció mi derrota junto con mi muerte y la de mi          violaba los
                        hijo Jonatán. Y así ocurrió, apenas al día siguiente. Ambos morimos         preceptos de
                        en el campo de batalla y así se cerró mi ciclo como rey.   continúa
                                                                                                   la ley. Hoy en
                                                                                                     día, la su-
            5      Escribe en tus propias palabras cómo Saúl se convirtió en Rey de Israel:        perstición no

                                                                                                  está permitida
                                                                                                    para el cre-
                                                                                                   yente, porque
                                                                                                   debe cumplir

                                                                                                     el primer
                                                                                                  mandamiento.









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