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8 Ahora lee atentamente y reflexiona el siguiente texto bíblico:
La estrella de David dedicó a Dios las palabras de este cántico,
David lleva el día en que Dios lo libró de las manos de todos
sus enemigos y de las manos de Saúl. “Dios es mi
ese nombre roca, y mi fortaleza, mi salvador y mi Dios. El es mi
porque el rey roca, en él me refugio. Es mi escudo, mi salvación,
David la uti- mi ciudadela y mi refugio: mi salvador me salva de la violencia.
lizaba en sus Invoco a Dios que es digno de confianza y me veo libre de mis
escudos. Es el enemigos”. 2 Samuel 22, 1-4
símbolo de los
judíos y del
país de Israel.
¿Qué me dice el texto?
Los hijos
de David
fueron:
Amón,
Daniel, Absa-
lón, Adonías,
Sefatías, Itreán.
Estos nacie- Una tarde, paseaba por la terraza del palacio y desde allí vi a
ron en Hebrón una mujer que estaba bañándose y era muy hermosa. Me interesé
donde gober- por ella y me respondieron: “Es Betsabé, la mujer de Urías, uno
de tus capitanes”. Fui débil y me dejé arrastrar por la pasión y,
nó 7 años y cegado por el deseo de poseerla, adulteré con ella y luego tracé un
6 meses. En malicioso plan: escribí una carta al jefe del ejército donde estaba
Jerusalén na- Urías diciéndole que en la próxima batalla pusiera a Urías en el
punto donde la lucha sería más dura, y que lo dejaran solo para
cieron: Simá, que muriese. Y así fue; Urías, que era un valiente capitán, murió
Sobab, Natán y combatiendo por mí sin sospechar siquiera la trampa mortal en
Salomón hi- donde yo mismo le había situado. Tomé a Betsabé por esposa
jos de Betsabé. y ella me dio un hijo. Por boca del profeta Natán Dios me hizo
tomar conciencia del mal que había provocado y supe que ese
También Ibjar, hijo que había engendrado moriría irremediablemente. Al poco
Elisama, Elife- tiempo el niño enfermó severamente. Entonces rogué a Dios
let, Noga, Néfeg, por él, ayunando y recogiéndome en intensa oración. Aunque el
niño murió, acepté arrepentido la voluntad de Dios, pero Yahvé
Jafía, Elisama, se conmovió de mí y por medio de Betsabé me dio un nuevo hijo
Eliadá, Elifelet y y se llamó Salomón. Mis días acabaron siendo ya viejo y dejé mi
Tamar. (1 Cró- trono en manos de mi hijo Salomón, al que aconsejó en mis últimos
nicas 3) momentos que fuera siempre fiel a Yahvé. continúa
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