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Ampliación




        NOMBRE: …………………………………..............                CURSO: ……………….......         FECHA: ………......….......


        1. Después de leer este fragmento bíblico, responde a las preguntas:
           «En Iconio, entraron del mismo modo en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que gran multitud de judí-
           os y griegos abrazaron la fe. Pero los judíos que no habían creído excitaron y envenenaron los ánimos de los gentiles
           contra los hermanos. Con todo se detuvieron allí bastante tiempo, hablando con valentía del Señor que les concedía
           obrar por sus manos señales y prodigios, dando así testimonio de la predicación de su gracia. La gente de la ciudad se
           dividió: unos a favor de los judíos y otros a favor de los apóstoles. Como se alzasen judíos y gentiles con sus jefes pa-
           ra ultrajarles y apedrearles, al saberlo, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y sus alrededores. Y allí se
           pusieron a anunciar la Buena Nueva. Había allí, sentado, un hombre tullido de pies, cojo de nacimiento y que nunca ha-
           bía andado. Éste escuchaba a Pablo que hablaba. Pablo fijó en él su mirada y viendo que tenía fe para ser curado, le
           dijo con fuerte voz: “Ponte derecho sobre tus pies”. Y él dio un saltó y se puso a caminar. La gente, al ver lo que Pablo
           había hecho, empezó a gritar en lengua licaonia: “Los dioses han bajado hasta nosotros en figura de hombres”. A Ber-
           nabé le llamaban Zeus y a Pablo, Hermes, porque era quien dirigía la palabra. El sacerdote del templo de Zeus que hay
           a la entrada de la ciudad trajo toros y guirnaldas delante de las puertas y a una con la gente se disponía a sacrificar. Al
           oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus vestidos y se lanzaron en medio de la gente gritando: “Amigos, ¿por
           qué hacéis esto? Nosotros somos también hombres, de igual condición que vosotros, que os predicamos que aban-
           donéis estas cosas vanas y os volváis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos hay, y que en las
           generaciones pasadas permitió que todas las naciones siguieran sus propios caminos; si bien no dejó de dar testimo-
           nio de sí mismo, derramando bienes, enviándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas, llenando vuestros cora-
           zones de sustento y alegría...” Con estas palabras pudieron impedir a duras penas que la gente les ofreciera un sacri-
           ficio. Vinieron entonces de Antioquía e Iconio algunos judíos y, habiendo persuadido a la gente, lapidaron a Pablo y le
           arrastraron fuera de la ciudad, dándole por muerto. Pero él se levantó y, rodeado de los discípulos, entró en la ciudad.
           Al día siguiente marchó con Bernabé a Derbe. Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípu-
           los, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía.»
                                                                                                     Hch 14, 1-21


           a) ¿Qué método seguía la Iglesia primitiva para expandirse?

           b) ¿Qué religión era la predominante en Asia Menor y en Siria en el siglo i?
           c) ¿Con qué dificultades se topaban los primeros misioneros cristianos?

           d) ¿Qué impresión te causa este texto? Expresa tu opinión.


        2. Responde a las preguntas referidas a este texto sobre el martirio de Esteban.

           «Dijo Esteban: “¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que anunciaban de antemano la
           venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado; vosotros que recibisteis la Ley por
           mediación de ángeles y no la habéis guardado”. Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus
           dientes contra él. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en
           pie a la diestra de Dios; y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios”.
           Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él; lo echaron fuera de la ciu-
           dad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras los
           apedreaban, Esteban hacía esta invocación: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después dobló las rodillas y dijo con
           fuerte voz: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y diciendo esto, murió.»
                                                                                                     Hch 7, 52-60


           a) ¿Qué diferencias existen entre la religión judía y la cristiana, si ambas comparten algunas creencias comu-
             nes?
           b) ¿Por qué crees que se llevaban mal los judíos y los cristianos del siglo I? Escribe varios motivos.   Las primeras comunidades

           c) ¿Por qué te parece que Esteban no tiene miedo al hablar así a los judíos? ¿Por qué muere perdonando?
             ¿Tú, particularmente, cómo valoras esa actitud de Esteban? ¿A qué otro importante personaje se parece
             Esteban al actuar de esa manera?                                                                       4.


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