Page 14 - Revista Origenes
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Según  el  Popol  Vuh,  los  dioses
                                                  tomaron la decisión de crear un ser
                                                  que los  venerara  y  les hiciera
                                                  ofrendas. En  este  proceso, su
                                                  primer intento fracasó debido a que
                                                  crearon seres incapaces  de hablar:
                                                  animales  de cuatro  patas  y  aves.
                                                  Después crearon los  primeros
                                                  hombres,
                                                                         primero
                                                  después de madera y finalmente de
                                                  paja, pero todos fueron destruidos
                                                  y,  lo  últimos,  convertidos en
                                                  monos.  En  un  último  intento  los
                                                  dioses utilizaron el maíz, la planta
                                                  sagrada  de todas las culturas
                                                  mesoamericanas,  para  la creación
                                                  de la humanidad, y estos hombres
                                                  son los ancestros de los mayas
       Hombres de maíz. Libro de                                                             de         barro,
       Miguel Angel Asturias

















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                                                                                               sumergió a Santa Cruz
                                                                                 de las Cruces en sus aguas de
                                                                    lago oscuro, hasta la altura de los cerros
                                                                 circundantes, ensoguillados de fogatas. Goyo
                                             "La que más
                               lunares tenía era la              Yic, helado como tacuatzín, seguía sopla que
                 nana de Martín Ilóm, el recién                  sopla  el  fuego  con su  pobre sombrero de
     parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que                 petate viejo, por hacer algo, pues ya la quema
     más lunares y más piojos tenía. La Piojosa                  había pasado y los tizotes habían servido.
     Grande, la nana de Martín Ilóm. En su                       Del alboroto de las seis de la tarde sólo
     regazo de tortera caliente, en sus trapos                   quedaba la marimba querendona y apaleada,
     finos de tan viejos, dormía su hijo como una                molida  a  palos  como  los  árboles  cuando  los
     cosa de barro nuevecita y  bajo el coxpi,                   apalean para botar las frutas, los animales
     cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y              perjuiciosos cuando los apalean para que
     la cara para que no le hicieran mal de ojo, se              aprendan a eso, a no hacer perjuicio y a no ser
     oía su alentar con ruido de agua que cae en                 haraganes, las mujeres cuando las apalean
     tierra porosa.                                              para que no se juyan, los hombres cuando los
     Mujeres con niños y hombres con mujeres.                    apalean las autoridades para quitarles lo de
     Claridad y calor de fogarones. Las mujeres                  hombre  que  llevan  dentro.  Él  ya  no  llevaba
     lejos en la claridad y cerca en la sombra. Los              dentro nada de hombre. Se había vuelto
     hombres  cerca  en  la  claridad  y  lejos  en  la          tacuatzín,  tacuatzina  porque  llevaba  a  sus
     sombra. Todos en el alboroto de las llamas,                 hijos metidos en el bolsón del alma. Lo mineó
     en  el  fuego  de  los  guerreros,  fuego  de  la           la María Tecún. Y para siempre. Y para peor el
     guerra que hará llorar las espinas.Así decían               herbolario, que le sacó los ojos y le puso ojos
     los indios más viejos, con el movimiento                    de tacuatzín. "
     senil de sus cabezas bajo las avispas. O bien               “Fragmento”
     decían,  sin  perder  su  compás  de  viejos:               https://www.epdlp.com/texto.php?id2=1515
     Antes  que  la  primera  cuerda  de  maguey                 5
     fuera trenzada se trenzaron el pelo las
     mujeres."   “Fragmento”

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