Page 221 - LADF LIBRO MANUAL
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“ LAS ANDANZAS DE FILOMENO “
comer, se fueron a dormir. Por la mañana, el Gato y el Zorro ya se habían ido
cuando Pinocho despertó. Tuvo que hacerse cargo de la cuenta y gastar una
moneda de oro. De camino a casa, llorando, se encontró con un hada. Cuando el
hada le preguntó por qué lloraba, Pinocho le dijo que había perdido una moneda de
oro.
Pero al decir tal mentira, puesto que no la había perdido, si no que la había
malgastado, le empezó a crecer la nariz. Pinocho se espantó y lloró todavía más.
El hada, que era buena le hizo prometer a Pinocho que sería bueno, no diría más
mentiras, y que sería un buen estudiante. Y después de tener su promesa, accedió a
arreglarle la nariz. Ya contento, Pinocho prosiguió su camino. Cerca de casa,
Pinocho se encontró con el Gato y el Zorro, quienes hicieron ver que andaban
buscando a Pinocho. “¿Dónde te habías metido? ¡Te andábamos buscando! ¿Aún te
quedan monedas de oro? ¡Ven! Vamos a sembrarlas al monte de los Milagros”. Y
aunque el grillo volvió a insistir “No te dejes engañar, solo quieren tu dinero”,
Pinocho se fue con ellos.
Llegaron a un campo de labranza, e
hicieron sembrar a Pinocho las 4
monedas que le quedaban - “Mañana,
vendremos aquí y recolectaremos
todo el oro que habrá crecido” – dijo
el Zorro, y se fueron a dormir. Al
despertarse, el Gato y el Zorro se
habían marchado otra vez. Pinocho
fue al campo y vio que no había
ningún árbol lleno de monedas,
entonces buscó en el suelo las
monedas que había sembrado. ¡Y
tampoco estaban! El Gato y el Zorro se
habían ido con las monedas.
Justo en ese instante, el Pavo le vio cavando en su campo, y le pareció que le quería
robar sus semillas. Llamó a la policía y, por más que Pinocho suplicó, fue a la cárcel
por robo.
Por suerte el guardián de la cárcel era un buen hombre. Pinocho le pareció tan
bueno y sincero, que no dudó en que había sido engañado y le dejó escapar.
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