Page 71 - Vida de San Agustín_Neat
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indigencia  humano-espiritual.  La  complementación  de  estos

                  elementos entre sí, era el anhelo que lo mantenía despierto.




                  Después que hizo planes monásticos, su hijo Adeodato, junto


                  con él, se encaminaron hacia el obispo Ambrosio para que los

                  bautizara. Una vez bautizados, ya nada los retenía en Milán.


                  Así  que,  optaron  por  regresar  a  Tagaste.  No  esperaron

                  mucho  tiempo,  se  embarcaron  en  cuanto  pudieron,  fue  un

                  recorrido extraordinario. En Ostia, su madre enfermó y murió


                  sin poder llegar hasta su lugar de nacimiento, donde estaba el

                  cuerpo de su esposo Patricio. Mónica murió, pero antes pidió


                  que la enterraran en cualquier lugar; al fin, solo la retenía en

                  este  mundo  la  conversión  de  su  hijo  y,  visto  el  milagro,  ya


                  nada más le interesaba.




                  Agustín,  con  la  muerte  de  la  madre,  sufrió  muchísimo.  No

                  lograba controlar el dolor ni las lágrimas, solo cuando se daba


                  un  baño,  lograba  contener  un  poco  el  deseo  de  llorar;  pero

                  luego, al recordarla le venía el dolor a su alma.




                  En poco tiempo vendió la casa de su madre. La repartió a los

                  pobres.  Formó  la  primera  comunidad  monástica,  con  siete


                  hermanos.  Su  felicidad  era  enorme,  estaba  viviendo  su






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