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162 Dr. William Soto Santiago
de su cadera ”.
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestras almas y nos
permita entender lo que esto significa para nosotros en este
tiempo final; y para el pueblo hebreo.
El Ángel, aquel varón, le dijo a Jacob: “Déjame, porque
raya el alba ”.
“RAYA EL ALBA”.
Encontramos que el momento importante para Jacob fue
cuando rayaba el alba. Aunque ya hacía rato que él estaba
luchando con el Ángel, el Ángel de Dios; cuando ya rayaba
el alba, Jacob no lo soltó. Jacob estaba bien agarrado de ese
varón, porque sabía que ese era el Ángel del Señor y había
sido enviado a Jacob con un propósito; y Jacob no lo
soltaría, hasta recibir la bendición de ese varón, de ese
Ángel.
Y el Ángel luchaba, quería irse, pero Jacob no lo dejaba
ir; aun lo hirió en la cadera, y todavía Jacob no se daba por
vencido: aun herido se mantenía bien agarrado de ese
varón, del Ángel de Dios, y no lo soltaba. Estaba en una
lucha: en una lucha por la bendición de Dios.
Vean ustedes, la vida de Jacob fue una lucha por la
bendición de Dios. Él tuvo muchísimos problemas, pero
aun con todo y eso él siempre estuvo luchando por la
bendición de Dios.
Luchó por la Bendición de la Primogenitura en el vientre
de su madre, y aunque perdió aquella batalla, no perdió la
guerra; porque la pérdida de una batalla no significa la
pérdida de la guerra completa.
Luego, cuando estuvo en la Tierra ya nacido, continuó