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164                       Dr. William Soto Santiago

            obra para bien para los hijos de Dios, para los que aman a
            Dios y aman la bendición de Dios, el que Isaac estaba ciego
            era una bendición para Jacob.
               Vean  ustedes,  los  profetas  en  las  diferentes
            dispensaciones y edades se enfermaron también; pero como
            todo  obra  para  bien:  detrás  de  un  problema  hay  una
            bendición, o para la misma persona o para otra persona a la
            cual Dios ha señalado para darle esa bendición.
               Ahora, Jacob logró, en compañía y mutuo acuerdo de su
            madre, llegar a tiempo para recibir de su padre la Bendición
            de  la  Primogenitura.  Y  cuando  llegó  Esaú,  ya  era
            demasiado tarde; como le acontece a las vírgenes fatuas en
            la parábola que dio Jesús: que llegan, pero ya demasiado
            tarde, cuando la bendición ya la han recibido las vírgenes
            prudentes.
               Porque las prudentes siempre están a tiempo para recibir
            la bendición de Dios;  y  antes  de  llegar ese momento  de
            recibir  esa  bendición,  están  haciendo  todos  los
            preparativos;  porque  ellos  no  pueden  dejar  que  se  les
            escape esa bendición de Dios.
               Ahora, Jacob había recibido esa bendición hablada de su
            padre, para que luego se materializara en su vida todo lo
            que  su  padre  había  hablado  por  Bendición  de
            Primogenitura.
               Luego encontramos que Esaú perdió esa bendición que
            fue hablada. Pero las bendiciones de Dios, como podemos
            ver, no se pierden; las pierden algunas personas, pero pasan
            a otras personas que amen la bendición de Dios.
               Vigilen  siempre  las  personas  que  están  buscando
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