Page 205 - Frankenstein
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Los días pasaban ahora con la misma tranqui-
lidad que antes, con la sola diferencia de que la
alegría había sustituido a la tristeza en el rostro
de mis amigos. Safie estaba siempre alegre y
contenta. Ambos progresamos en la lengua con
rapidez, de modo que al cabo de dos meses
empecé a entender la mayoría de las cosas que
decían mis protectores.
Entretanto, la oscura tierra se iba cubriendo
de verdor, salpicado de innumerables flores de
dulce aroma y maravillosa vista, como estrellas
que brillaban con delicado color a la luz de la
luna. El sol fue calentando más, y las noches se
hicieron claras y suaves. Mis paseos nocturnos
me causaban enorme placer, a pesar de que se
vieron acortados por las tardías puestas de sol y
el temprano amanecer. Nunca me atrevía a salir
durante el día, temeroso de recibir el mismo
trato que en la primera aldea en la que estuve.
Pasaban los días prestando la máxima aten-
ción, para poder dominar el idioma con la ma-
yor brevedad posible. Puedo presumir de que