Page 215 - Frankenstein
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prisionero sus intenciones de ayudarlo. Sor-
   prendido y encantado, el turco intentó espolear
   el entusiasmo de su liberador con promesas de
   grandes riquezas. Félix rechazó la oferta con
   desprecio, mas cuando vio a la bella Safie, a
   quien permitieron visitar a su padre y que por
   señas le mostraba su agradecimiento, no pudo
   por menos de pensar que el cautivo poseía un
   tesoro que compensaría con creces todo esfuer-
   zo y peligro.
     El turco pronto advirtió la impresión que Sa-
   fie había producido en el muchacho, y quiso
   asegurarse más su celo prometiéndosela en
   matrimonio en cuanto fuera conducido a un
   lugar seguro. Félix era demasiado cortés como
   para aceptar la oferta, pero sabía que aquella
   probabilidad constituía su máxima esperanza.
     Durante los días siguientes, mientras se pre-
   paraba la huida del mercader, el entusiasmo de
   Félix se vio incrementado por varias cartas que
   recibió de la hermosa joven, que encontró el
   medio de expresarse en el idioma de su amado
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