Page 211 - Frankenstein
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nas, y los vínculos que unen a. los humanos
   entre sí con lazos mutuos.
     Pero ¿dónde estaban mis amigos y parientes?
   Ningún padre había vigilado mi niñez, ninguna
   madre me había prodigado sus cariños y sonri-
   sas, y, en caso de que hubiera ocurrido, mi vida
   pasada se había convertido para mí en un bo-
   rrón, un vacío en el que no distinguía nada. Me
   recordaba desde siempre con la misma estatura
   y proporción. No había visto aún ningún ser
   que se me pareciera o que me exigiera tener con
   él alguna relación. ¿Qué era entonces? La pre-
   gunta surgía una y otra vez sin que pudiera
   responder a ella más que con lamentaciones.
     Pronto explicaré hacia dónde me llevaron es-
   tos pensamientos. Pero por el momento conti-
   nuaré con mis vecinos, cuya historia me produ-
   jo sentimientos encontrados de indignación,
   alegría y asombro, pero que terminaron todos
   en un mayor respeto y amor hacia mis protecto-
   res  (pues  así  me  gustaba  llamarles  con  un  ino-
   cente y casi doloroso deseo de engañarme).
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