Page 351 - Frankenstein
P. 351
permitía hablar de mis desgracias. A medida
que pasaba el tiempo me fui tranquilizando; la
pesadumbre seguía bien asentada en mi cora-
zón, pero ya no hablaba de mis crímenes de
forma incoherente; me bastaba tener conciencia
de ellos. Mediante la más atroz represión, acallé
la imperiosa voz de la amargura, que a veces
ansiaba confiarse al mundo entero. También mi
comportamiento se hizo más tranquilo y mode-
rado de lo que había sido desde mi viaje al mar
de hielo. Llegamos a El Havre el 8 de mayo, y
proseguimos de inmediato a París, donde mi
padre tenía que atender unos asuntos que nos
detuvieron unas semanas. En esta ciudad, recibí
la siguiente carta de Elizabeth.
A VÍCTOR FRANKENSTEIN
Mi queridísimo amigo:
Me dio mucha alegría recibir de mi tío una carta
fechada en París; ya no estáis a una distancia tan
tremenda y puedo abrigarla esperanza de veros antes