Page 51 - Frankenstein
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Tal era nuestro ambiente familiar, en el cual el
   dolor y la inquietud no parecían tener cabida.
   Mi padre dirigía nuestros estudios, y mi madre
   participaba de nuestros entretenimientos. Nin-
   guno de nosotros gozaba de más influencia que
   el otro; la voz de la autoridad no se oía en nues-
   tro hogar, pero nuestro mutuo afecto nos obli-
   gaba a obedecer y satisfacer el más mínimo de-
   seo del otro.
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