Page 197 - Frankenstein
P. 197

de comida para mí y leña para mis vecinos.
   Cuando se hacía necesario, quitaba la nieve del
   sendero, y realizaba las tareas que había visto
   hacer a Félix. Más tarde supe que estas tareas,
   que llevaba a cabo una mano invisible, les sor-
   prendían grandemente. Incluso en alguna oca-
   sión les oí mencionar a este respecto las pala-
   bras espíritu bueno y maravilloso, pero no enten-
   día entonces el significado de estos términos.
     Mi cerebro se hacía cada día más activo, y de-
   seaba más que nunca descubrir los impulsos y
   sentimientos de estas hermosas criaturas. Sentía
   curiosidad por saber el motivo de la congoja de
   Félix y la pena de Agatha. Pensaba, ¡infeliz de
   mí!, que estaría en mi mano el devolverles a
   estas criaturas la felicidad que tanto merecían.
   Cuando dormía o me ausentaba, se me aparecía
   la imagen del padre ciego, la dulce Agatha y el
   buen Félix. Los consideraba seres superiores,
   árbitros de mi futuro destino. Trataba de ima-
   ginarme, de mil maneras distintas, el día en que
   me presentaría ante ellos y el recibimiento que
   192   193   194   195   196   197   198   199   200   201   202