Page 220 - Frankenstein
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rapidez y se entregó a las autoridades esperan-
do conseguir así la libertad de De Lacey y
Agatha.
No fue así. Hubieron de permanecer cinco
meses en la cárcel antes de que tuviera lugar el
juicio que les arrebataría toda su fortuna y les
condenaría al destierro.
Hallaron un triste refugio en Alemania, en la
casa donde yo los encontré. Félix pronto se en-
teró de que el innoble turco, a causa del cual él
y su familia habían sufrido tan tremenda des-
gracia, había traicionado los buenos sentimien-
tos y el honor al descubrir la miseria en la que
se hallaba sumido su liberador y, con su hija,
había abandonado Italia. A Félix, insultante-
mente, le envió una ridícula cantidad de dinero
para ayudarlo, según dijo, a conseguir algún
medio de subsistencia.
Estos eran los tristes sucesos que azotaban el
corazón de Félix cuando lo conocí y que hacían
de él el más desdichado de su familia. Hubiera
podido sobrellevar la pobreza, e incluso vana-