Page 219 - Frankenstein
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dor y que éste aún podía entregarlo a las auto-
   ridades italianas. Maquinó mil planes que le
   permitieran prolongar el engaño mientras fuera
   preciso, y en secreto llevarse a su hija con él
   cuando se fuera. Estos proyectos se vieron muy
   pronto favorecidos por las noticias que llegaron
   de París.
     La huida del turco había provocado gran in-
   dignación en el gobierno francés, que estaba
   dispuesto a no ahorrar esfuerzos para detectar
   y aprisionar al liberador. Pronto se descubrió el
   plan de Félix, y De Lacey y Agatha fueron en-
   carcelados. La noticia despertó a Félix de su
   idílico sueño. Su anciano padre ciego y su dulce
   hermana estaban prisioneros en una repugnan-
   te celda mientras él disfrutaba de la libertad y la
   compañía de la mujer a quien amaba. Esta idea
   lo atormentaba. Acordó con el turco que si, an-
   tes de que Félix pudiera regresar a Italia, encon-
   traba la oportunidad de partir, Safie lo espera-
   ría en un convento de Livorno. Despidiéndose
   de la bella árabe, se dirigió a París con la mayor
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