Page 80 - Vuelta al mundo en 80 dias
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¡Pardiez! Un agente de los socios del Reform--Club, con la misión de vigilar el itinerario
de mi amo, lo cual es altamente humillante. Así es que, si bien hace algún tiempo que he
adivinado vuestro oficio, me he guardado muy bien de revelárselo a mister Fogg.
¿No sabe nada? preguntó con viveza Fix.
Nada respondió Picaporte, vaciando otra vez su vaso.
El inspector de policía se pasó la mano por la fren-te y vacilaba antes de tomar la palabra.
¿Qué debía hacer? El error de Picaporte parecía sincero, pero difi-cultaba todavía mas su
proyecto. Era evidente que el muchacho hablaba con absoluta buena fe y que no era el
cómpl ice de su amo, lo cual hubiera podido recelar Fix.
Pues bien dijo , puesto que no eres cómpli-ce suyo, me ayudarás.
El agente se había afirmado en su resolución, y por otra parte no había tiempo que perder.
A toda costa era necesario prender a Fogg en Hong Kong.
Escuchad dijo Fix con presteza; escuchadme bien. Yo no soy lo que pensáis; es decir,
un agente de los miembros del Reform Club...
¡Bah! dijo Picaporte mirándolo con aire bur-lón.
Soy inspector de policía encargado de una misión...
¡Vos... inspector de policía ... !
Sí, y lo pruebo repuso Fix . He aquí mi título.
Y el agente, sacando un papel de la cartera, ense-ñó a su compañero un nombramiento
firmado por el director de la policía central. Picaporte miraba atónito a Fix, sin poder
articular una sola palabra.
La apuesta de mister Fogg prosiguió Fix no es más que un pretexto del que sois
juguete vos y sus compañeros del Reform Club, porque tenía interés en asegurarse vuestra
inconsciente complicidad.
¿Y por qué? exclamó Picaporte.
Escuchad. El día 28 de septiembre último se hizo en el Banco de Inglaterra un robo de
cincuenta y cinco mil libras por un individuo cuyas señas pudieron recogerse. He aquí esas
señas, que son una por una las de mister Fogg.
¡Quita allá! exclamó Picaporte hiriendo la mesa con su robusto puño . ¡Mi amo es el
hombre más honrado del mundo!