Page 61 - Coleccion d elibros de lectura
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Fruncido quedó el jicote,
                                        arqueándose de dolor;
                                        en su pesar, cantando, el infeliz

                                        así se despidió:

                                        “Adiós, reinecita hermosa, ¡ay!,
                                        que me trató tan mal;
                                        pero asegún las leyes del país
                                        aquí todos son igual”.


                                                           Y el jicote aguamielero,
                                                           con bigotes de aguacero,
                                                           rezumbando regresó a su maguey,
                                                           sin rubores en la frente
                                                           porque ultimadamente
                                                           a la sombra de las pencas es el rey.








                                                               Lee y canta otras canciones de Francisco
                                                               Gabilondo Soler en Cri Crí. Cuentos para
                                                               cantar y canciones para leer, de tu
                                                               Biblioteca Escolar.









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