Page 63 - Coleccion d elibros de lectura
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Galo vive en los trenes, yendo de
un lugar a otro. Si se cansa o se aburre,
busca nuevas rutas, al fin y al cabo hay
kilómetros y kilómetros de vías que
relumbran con el sol de mediodía.
Un día al amanecer, el niño roncaba
a más no poder, acomodado entre dos
vacas lecheras que viajaban para ser
vendidas en Sonora. De pronto, a pesar
del sueño, siente que el tren se ha
detenido; abre los ojos y no ve más que
arena fina que parece polvo; un cielo
inmenso pegado a la luna y uno que otro
cactus cerca de unas rocas rojas que
parecen moverse.
Todo está en penumbra, el niño
bosteza y se prepara para acurrucarse
de nuevo esperando que el tren lo arrulle
otra vez, cuando ve que se acerca una
hilera de gigantes con trenzas que
montan a pelo lanzando gritos de guerra.
Galo se restriega los ojos muy fuerte
antes de mirar de nuevo.
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