Page 138 - Romeo y Julieta - William Shakespeare
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brebaje debía concluir, para ayudarme a sacar a la joven de su anticipada tumba; mas el
                  portador de mi carta, el hermano Juan, detenido por un accidente, me la devolvió ayer por
                  la tarde. Solo pues del todo, a la precisa hora de despertar Julieta, me encaminé a sacarla
                  del sepulcro de sus antepasados, con intención de retenerla oculta en mi celda hasta que
                  fuese posible avisar a su esposo; empero, a mi llegada, minutos antes de la hora de volver
                  aquella en sí, violentamente acabados, me hallé aquí al noble Paris y al fiel Romeo.
                  Despierta en esto Julieta. -Instábala yo a salir y a soportar con paciencia este golpe del
                  cielo, cuando un ruido me ahuyenta de la tumba. Ella, entregada a la desesperación, no
                  quiso seguirme, y según toda apariencia, atentó contra sí misma. Esto es todo lo que sé; por
                  lo que respecta al matrimonio, la Nodriza estaba en el secreto. Y si en lo dicho ha ocurrido
                  desgracia por mi falta, que mi vieja existencia, algunas horas antes de su plazo, sea
                  sacríficadá al rigor de las leyes más severas.

                  PRÍNCIPE

                     Siempre te hemos tenido por un santo varón. -¿Dónde está el criado de Romeo? ¿Qué
                  puede decir sobre lo presente?

                  BALTASAR

                     Yo llevé noticia a mi señor de la muerte de Julieta y él al punto salió, en posta, de
                  Mantua para este preciso lugar, para este panteón. Diome orden de llevar temprano a su
                  padre esta carta que veis, y al dirigirse a la bóveda esa, me amenazó con pena de muerte si
                  no partía y le dejaba solo.

                  PRÍNCIPE

                     Dame la carta, quiero enterarme de ella. -¿Dónde está el paje del conde? El que dio
                  aviso a la guardia? -Tunante, ¿qué hacía aquí tu señor?

                  PAJE

                     Vino a regar flores sobre el sepulcro de su prometida; mandome estar a lo lejos, y así lo
                  hice. Muy luego apareció uno con luz, para abrir la tumba, y a poco cayó sobre él mi amo,
                  espada en mano. Entonces fue que corrí para llamar la guardia.

                  PRÍNCIPE

                     Esta carta comprueba las palabras del monje; el relato de su mutuo amor, la
                  comunicación de la muerte de Julieta. Dice Romeo que adquirió el veneno de un pobre
                  boticario y asimismo que vino a morir a este panteón y a reposar al lado de ella. -¿Dónde
                  están esos contrarios? -¡Capuleto! ¡Montagüe! -¡Ved qué maldición está pesando sobre
                  vuestros odios, cuando el cielo halla medio para matar vuestras alegrías sirviéndose del
                  amor! Y yo, por también tolerar vuestras discordias, he perdido dos deudos. -Castigado
                  todo.

                  CAPULETO
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