Page 126 - 06 Turing
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y unos, es decir bits, la máquina de Deutsch procesa qbits. Mien-
                      tras que la máquina de Turing ha sido la base conceptual de los
                      ordenadores actuales, la máquina de Turing cuántica lo será de
                      una nueva generación de ordenadores, los ordenadores cuánti-
                      cos. Aunque Turing no propuso una versión de su máquina ba-
                      sada en principios de la mecánica cuántica, lo cierto es que en
                      vida estuvo al tanto de las ideas y avances principales de la me-
                      cánica cuántica, una de las ramas de la física que explica la ma-
                      teria y la energía. Su interés en esta disciplina se inició en edad
                      escolar, tras leer el célebre libro de Arthur Stanley Eddington The
                      nature of the physical world (1928; La naturaleza del mundo
                     físico), que versaba sobre esta materia y sobre los principios de
                      la relatividad general. Además de estas lecturas, su amistad con
                      Christopher Morcom le sirvió para que en su vida adulta tuviera
                      un interés por temas científicos muy variados, entre ellos la me-
                      cánica cuántica.


          «Solo podemos ver poco del futuro, pero lo suficiente para
          darnos cuenta de que hay mucho que hacer.»

          -  ALAN  TURING  «MAQUINARIA  DE  COMPUTACIÓN  E  INTELIGENCIA» .
                          Muchos años después se planteó si habría alguna faceta del
                      cerebro hun1ano, por ejemplo la «voluntad», que pudiera ser ex-
                      plicada por mecanismos no convencionales en los circuitos neu-
                      ronales. Sus ideas no andaban muy lejos de las de otros genios de
                      la época, como las del matemático Kurt Godel, quien pensaba que
                      en ciertas etapas de la demostración de un teorema matemático,
                      el hombre recurre a la «intuición», la cual no puede ser represen-
                      tada mediante un algoritmo, y por tanto, programada en una má-
                      quina de Turing.  Desde entonces han sido .varios los científicos
                      que han pensado que tal vez algunas funciones del cerebro solo
                      pueden ser explicadas a la luz de procesos cuánticos en las células
                      cerebrales o neuronas. A finales  del siglo :x:x,  el físico británico
                      Roger Penrose (n. 1931) y el médico estadounidense Stuart Hame-
                      roff (n. 1947) pensaron que la consciencia humana podría ser ex-
                     plicada por procesos  cuánticos  en  estructuras  formadas  por






          126         EL LEGADO DE  ALAN TURING
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