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A partir de estas especifi-
que deseamos representar el ++++ 19)= 11001)
caciones, ¿cómo representa-
remos un número con qbits?
Supóngase, por ejemplo,
expresión 1- 2 + O· 2 + O- 2 + +++; Is) + 19)
número 9 (figura 2). En sis-
tema binario sería equiva-
lente a 1001, ya que según la
1
3
2
+ 1 • 2º ( recuérdese que 2° es
1), el número binario 1001 es
igual a 9 en sistema decimal. ++++ Is)= !1000)
Por tanto, tendremos que l 9)
es 11001). ¿Y el número 8? En
este caso IS) es 11000). Esto
significa que un ordenador cuántico representaría los números 8
y 9 de forma similar a como lo haría un ordenador convencional.
Sin embargo, entre otras novedades, el ordenador cuántico puede
representar y operar con estados superpuestos, por ejemplo con
18)+19) .
. Ahora bien, cuando intentan1os averiguar por métodos expe-
rimentales «en qué estado superpuesto» está el qbit de todos los
estados posibles entre O y 1, entonces se manifiesta el principio de
interferencia, que consiste en que el qbit, como dicen los físicos
cuánticos, se «colapsa». Es decir, el qbit se convierte en un bit
clásico, pierde su estado superpuesto y toma un valor igual a O o l.
Esto significa que un ordenador cuántico puede realizar sus opera-
ciones según las reglas de la mecánica cuántica, de alú su poten-
cial, y mostrar al final el resultado al usuario como si de un
ordenador convencional se tratase.
Otro de los fenómenos que se dan en los ordenadores cuánti-
cos es el llamado entrelazamiento cuántico, una extraña propie-
dad presente en las partículas de luz, los fotones, entre otras.
Según esta propiedad, dos fotones entrelazados se comportarán
de tal forma que lo que ocurra en uno de ellos influirá en el otro.
Una de las aplicaciones más importantes de este fenómeno en
computación cuántica es en el can1po de la criptografía, disciplina
EL LEGADO DE ALAN TURING 131